Desde el punto de vista estético, el Amarok se beneficia de un frontal rediseñado que le da al pick-up un aspecto realmente robusto y poderoso, como corresponde a un “off road” de su porte. En cuanto al interior, el salpicadero también propone una nueva delineación, acentuándose las líneas horizontales para dotarle de un mayor atractivo. Luego, dependiendo de la terminación escogida (Premium, Highline o Aventura) el nivel de equipamiento es más o menos completo. Así, están disponibles, entre otros, asientos en cuero de 14 posiciones (con regulación eléctrica), navegación Discover Media, ayuda al aparcamiento con cámara, climatronic, etc.

Por lo que respecta a la zona de carga, el Amarok dispone de una caja de 2,52 m2 de superficie, gracias a una longitud de 1,55 metros, por un ancho de 1,62 metros y una altura de las paredes de medio metro.

Poderoso caballero

Como comentábamos al principio, la verdadera esencia del pick-up de Volkswagen tiene que ver con el “corazón” que esconde bajo el capó. Se trata de un TDI de tres litros de cilindrada y 6 cilindros en V que entrega 204 CV con un par motor de 500 Nm (también está disponible con 224 CV y 550 Nm). Un propulsor con una respuesta muy firme desde muy bajo régimen (a las 1.250 rpm ya sentimos una gran fuerza) que nos permite iniciar la marcha de una forma muy segura sin importar la carga que llevemos en cada momento.

Lo mejor de esta “bravura” es que se mantiene intacta en un margen del cuentavueltas muy amplio (hasta las 3.000 rpm), de manera que siempre tendremos una gran sensación de suficiencia. Además, el hecho de que el motor lleve asociado el irrepetible cambio DSG de doble embrague (de 8 relaciones) hace que en caso de precisar de un “plus” de fuerza basta con jugar con el pie derecho y hacer el kick-down, es decir, presionar a fondo el acelerador, para que el sistema reduzca de marcha (incluso hasta cuatro de una vez) y ganemos inercia rápidamente, siendo capaz el propulsor de estirarse hasta las 4.000 rpm sin problemas.

Luego transitar a ritmos altos de forma solvente es algo que tenemos garantizado con este V6. Así, por ejemplo, a 120 km/h en D8, el cuentavueltas marca unas interesantes 2.000 rpm. Y todo ello con una calidad de rodadura más que notable, no rebotando en exceso el tren trasero (algo típico de los pick-up), sobre todo cuando vamos cargados convenientemente.

Una vez dejamos atrás el asfalto, el Amarok sigue mostrando un gran comportamiento. En nuestro caso, contábamos con una unidad con tracción 4Motion permanente con diferencial Torsen central, el cual distribuye la fuerza del motor entre el eje delantero y trasero (la relación normal es de 40:60) dependiendo de la necesidad y el tipo de terreno por el que transitemos. Además, nos podemos beneficiar del sistema de bloqueo de diferencial electrónico (EDS) que evita que patinen las ruedas traseras individualmente mediante intervenciones automáticas del freno.

Opcionalmente, Volkswagen también ofrece bloqueo de diferencial trasero, óptimo para los terrenos más rotos y difíciles. Con todo, en conducción todoterreno, el Amarok se defiende a las mil maravillas, con un recorrido de las suspensiones que nos permite transitar sin el menor problema por caminos más o menos abruptos, siendo capaz de acometer subidas (la primera velocidad resulta ideal para ello) y bajadas (cuenta con control de descenso) con gran facilidad.

Ficha técnica

PFF (sin impuestos): 32.770 €

Capacidad off-road