Y lo hacen con un furgón de gran formato –también está disponible en configuración combi para el transporte de personas y mercancías-, que apuesta por un motor bifuel de gasolina-gas metano que garantiza una economía de consumo óptima y, sobre todo, muy respetuosa con el medio ambiente, en tanto que emite un 30% menos de CO₂ y hasta un 90% menos de NOx.

Políticas restrictivas

Antes de entrar a detallar el funcionamiento desde el punto de vista técnico del Ducato Natural Power, conviene dedicar unas líneas a “descifrar” el por qué de esta vorágine por parte de la totalidad de las marcas de vehículos comerciales en cuanto al desarrollo de propulsores gestionados por energías alternativas como el gas metano.

No descubrimos nada nuevo al afirmar que el comercio electrónico (e-commerce) está ganando cada vez más protagonismo en la sociedad actual. Este hecho está provocando que las arterias de las urbes se estén llenando de pequeños y grandes furgones en los que la inmediatez en las entregas se ha convertido en un valor diferencial para las empresas dedicadas al este tipo de actividad.

Si a ello le sumamos los coches particulares y demás vehículos, la contaminación en las ciudades está alcanzando cotas inimaginables hace tan solo unos años –véase, por ejemplo, Madrid-, con lo que las restricciones a los centros neurálgicos se están convirtiendo en una realidad. De ahí que los fabricantes se afanen en contar en sus gamas con furgonetas movidas por gas natural o por energía eléctrica.

Un especialista 

Y en este tipo de desarrollo Fiat Professional es un auténtico especialista –su lista de vehículos “alternativos” es muy interesante-, siendo el Ducato uno de los grandes referentes en este segmento.

El modelo italiano apuesta por un motor basado en una arquitectura de ciclo Otto a la que se le ha añadido un sistema de inyección multipunto a metano, de manera que en condiciones normales de marcha funciona a gas –incluso al arrancar, a diferencia de otros vehículos- pasando a gasolina (el depósito es de 14,5 litros) en el momento en que las bombonas se vacían.

Destacar, en este sentido, que el Ducato cuenta con cinco bombonas para una capacidad de 218 litros (36 kilos) las cuales están ubicadas debajo del piso del vehículo y protegidas por dos protectores específicos. El metano en estado gaseoso comprimido (presión a 200 bares nominales a 15ºC) fluye por un tubo hasta el reductor/regulador de presión que alimenta los cuatro inyectores del gas a baja presión (6 bares). Dichos inyectores están montados en el colector de admisión cerca de la culata, uno por cada conducto de admisión, y son accionados por la centralita electrónica.

En marcha

Señalar que el Ducato de nuestra prueba era un furgón con una caja de carga de 3,12 metros de largo, por 1,87 metros de ancho y 1,93 metros de alto, para una capacidad interna de 11,5 m3 y 1.400 kilos de carga útil.

Por su parte, el propulsor en cuestión entrega 136 CV de potencia con un par máximo de 350 Nm a partir de 1.500 rpm, lo que asegura una buena dosis de fuerza sobre todo para cuando tengamos que arrancar a plena carga. Y si bien el empuje no es muy explosivo, sí que resulta suficiente para que nuestro vehículo no se quede atrancado en los primeros metros.

Además, el cambio hace bien su trabajo, y a partir de la segunda marcha resulta realmente efectivo, lo que nos hace ganar agilidad de forma segura, aunque tampoco esperemos una respuesta tan firme como en el caso del motor diésel equivalente. Eso sí, esta mecánica resulta muy progresiva a la hora de ganar régimen, y nos permite llevar un devenir cómodo sin que vayamos forzados en ningún caso, incluso cuando circulamos por carreteras con cierto desnivel.

Un Ducato muy ahorrador

Así, a 90 km/h en sexta la aguja del cuentavueltas marca 1.900 rpm, por 2.100 rpm a 100 km/h, un espectro de funcionamiento que nos asegura una buena economía de consumo, con un gasto medio de gas metano de 8,60 kilos cada 100 kilómetros. Teniendo esto en cuenta, la autonomía funcionando a gas es de unos 400-410 kilómetros, aproximadamente, antes de que el sistema conmute a gasolina, o lo que es lo mismo, otros 100 kilómetros extra. En todo caso, conviene tener presente dónde se encuentran las “gasineras” más próximas a nuestro recorrido habitual, sobre todo teniendo en cuenta que todavía no son muchas las que podemos encontrar en nuestra geografía -a día de hoy están activas unas 5 de GNC- y no apurar el depósito de gasolina más de lo debido. Señalar, además, que la velocidad al pasar a este último modo queda limitada a 90 km/h.

En comparación con el diésel, está claro que el ahorro económico es importante. Y es que considerando que el kilo de gas actual es de 0,98 euros, haciendo una sencilla regla de tres, el resultado es que recorrer 100 kilómetros con esta Ducato nos cuesta 8,8 euros, entre un 15% y un 20% menos que en el caso de la mecánica diésel de similar potencia.

A todo ello hay que sumarle el hecho de que la suavidad durante la marcha siempre está presente. En este sentido, conviene resaltar la baja rumorosidad percibida en el interior del habitáculo (a 2.625 rpm el nivel de ruido es de solo 80 dB), lo que se complementa con una buena calidad de rodadura y un comportamiento bastante efectivo en todo tipo de terreno.

Para terminar, y en cuanto al precio, decir que nuestra unidad de pruebas -equipamiento opcional aparte- cuesta 32.254 euros, impuestos incluidos, una tarifa realmente interesante gracias a la política promocional de Fiat Professional, que nos hará ahorrarnos más de 10.000 euros.   

Ficha técnica

Equipamiento (elementos principales y opciones)

Valoración

Carrocería: 4,5

Habitáculo: 4,5

Motor: 4,5

Cambio: 4

Suspensión: 4,5

Consumo: 5

Precio: 32.254 € (con impuestos y promocionado)

El semáforo

Despunta

• Motor ahorrador
• Rumorosidad
• Precio promocionado

 Superable

• Carga útil
• Pocas “gasineras” para repostar
• Equipamiento de serie