“V-Charge” tiene como objetivo que el vehículo busque de forma autónoma y automática una plaza libre para aparcar, con una infraestructura que le permita cargar su batería de forma inductiva. Tras concluir el proceso de recarga, deja libre este espacio para buscar una plaza de aparcamiento convencional.
El proyecto está liderado por el Instituto Federal Suizo de Tecnología (ETH) de Zúrich, que forma parte de un consorcio internacional de investigación del que es responsable de la localización visual, la planificación de movimientos y control del vehículo (división del Laboratorio de Sistemas Autónomos), la calibración de cámaras, la reconstrucción en 3D a partir de imágenes y la detección de obstáculos.
Por su parte, Volkswagen suministra los módulos de equipamiento, seguridad y control de la plataforma, así como sistemas para la monitorización estática del entorno, el reconocimiento de objetos y el aparcamiento automatizado.
Por otro lado, la Universidad Técnica de Braunschweig está especializada en todo lo que tiene que ver con la gestión del estacionamiento y de comunicación del vehículo con su entorno técnico (vehículo-a-infraestructura ‘V2I’), mientras que Robert Bosch pone en práctica sus conocimientos en el campo de la tecnología de sensores.
Los otros dos socios, las universidades de Parma y Oxford, se encargan del reconocimiento de objetos y el desarrollo de mapas de navegación detallados de las zonas de estacionamiento, respectivamente.