Y la autonomía es, sin duda alguna, el factor más decisivo que puede hacer pensarse a un profesional si apostar por una furgoneta con motor eléctrico o no. Cierto es que, según las estadísticas, el 70% de los usuarios de este tipo de vehículo, no sobrepasan los 100 kilómetros diarios de recorrido (la Peugeot Partner llega alos 170 kilómetros), pero también hay que tener en cuenta que ello depende en gran medida de la carga que llevemos en cada momento y del tipo de conducción que realicemos.
Buena puesta en escena
Para nuestro contacto, tuvimos entre manos una variante furgón de paso corto, de 4,38 metros, a la que cargamos convenientemente con unos 300 kilos, lo que iba a poner en más o menos valor las aptitudes de la Partner Electric. En este sentido, hay que advertir que aunque las baterías pesan 350 kilos, Peugeot asegura que no resta ni un kilo de carga útil, teniendo en cuenta que se ha reforzado el eje trasero para admitir un mayor MMA, hasta 2,2 toneladas, de manera que la carga útil supera los 550 kilos.
Señalar además, que esta “enchufada” dispone de un motor tipo síncrono con imanes permanentes. Para alimentarse de energía, utiliza dos packs de baterías de iones de litio de alta densidad energética (22,5 kW/h) emplazadas bajo el piso del vehículo a ambos lados del eje trasero. Como resultado, el propulsor de la Peugeot Partner desarrolla 67 CV de potencia.
Pero quizás más importante son los 200 Nm de par máximo que entrega y el hecho de hacerlo durante todo el régimen del motor y desde el mismo momento en que iniciamos la marcha. Antes, al girar la llave, tan solo advertimos que hemos arrancado –la ausencia de ruido es total- por el “baile” de la aguja de la esfera izquierda, encargada de darnos información sobre el consumo instantáneo de energía.
A partir de aquí, la aceleración resulta totalmente lineal –el cambio es automático y se gestiona por una rueda ubicada en el salpicadero que se situamos en la posición “D”-, de manera que vamos ganando en velocidad de forma constante y bajo un silencio prácticamente “sepulcral”. Unicamente advertimos un ligero soplido, muy liviano, por la propio empuje del motor y por el rozamiento de las ruedas sobre el asfalto.
Y así hasta que ganamos una velocidad constante –si circulamos por carreteras abiertas-, cuando la aguja de consumo vuelve a la zona verde “económica”. Un gasto energético que también se reduce durante la fase de desaceleración, es decir, cuando levantamos el pie del acelerador, instante en el que advertimos una considerable retención por parte del motor que también frena el avance del vehículo, con lo que muchas veces no tenemos que hacer uso del freno, salvo en las circunstancias en las que sea obligatorio.
Recupera energía
En este momento, la energía cinética se convierte en eléctrica, con lo que el consumo no se ve perjudicado, más bien todo lo contrario, ya que la autonomía se ve extendida de forma importante. Particularidad que resulta más interesante si cabe en tráfico urbano, ya que las continuas frenadas –la energía recuperada cuando pisamos el pedal del freno también se transforma en eléctrica- y desaceleraciones resultan fundamentales para que el gasto eléctrico se reduzca. En este caso, circular por las arterias de la ciudad o en tráfico abierto, tiene un efecto inmediato en el consumo, ya que la diferencia en autonomía, según pudimos comprobar, es de 18 kilómetros a favor de los escenarios urbanos (155 por 137 kilómetros ), lo que teniendo en cuenta que esta Partner tiene un carácter.
Lo bueno esta versión eléctrica es que su rendimiento será óptimo en todo tipo de terreno, ya que siempre tendremos los 200 Nm de par presentes cuando pisamos el acelerador, circunstancia que nos permitirá salir airosos de cualquier maniobra con total solvencia (al afrontar pendientes, adelantamiento o incorporaciones a todo tipo de vías).
Cierto es que en estos caso en los que nuestro pie derecho demanda una fuerza extra, el consumo se resiente, algo que hay que tener presente en un vehículo que precisa de entre 7 y 15 horas de recarga en una toma de corriente convencional de 220 V, si bien es posible recargar hasta el 80% de la capacidad de las baterías en media hora con un cargador específico que suministra una intensidad mayor, de 95 amperios, que la conexión habitual.
Sea como fuere, hay que tener presente que la Peugeot Partner Eléctric tiene un precio de salida de 24.500 euros sin impuestos, a lo que habrá que restar 6.500 euros de descuento relativo al Plan MOVELE como ayuda del Gobierno a la adquisición de vehículos eléctricos, con lo que la tarfia final queda 2.500 euros por encima de lo que cuesta una variante con motor térmico de 75 CV. Asi, habrá que tener muy claro el kilometraje que vamos a realizar anuamente y, a partir de aquí, calculadora en mano y considerando que una recarga de las baterías nos cuesta algo menos de 2 euros, decantarnos por la opción más rentable.
Motor |
|
Tipo |
Síncrono |
Cilindrada (cm3) |
- |
Potencia máxima |
67 CV (49 kW) |
…a un rég. de giro (rpm) |
- |
Par máximo |
200 Nm |
…a un rég. de giro (rpm) |
Todo el régimen del motor |
TRANSMISIÓN |
|
Cambio |
Tipo automático con una única marcha al ser una aceleración lineal |
Embrague |
Monodisco |
Accionamiento |
Manual |
Tracción |
Delantera |
DIRECCIÓN |
|
Tipo |
Asistida |
Accionamiento |
Hidráulica variable |
FRENOS |
|
Tipo |
Discos ventilados delanteros y discos traseros |
Asistencia a la frenada |
ABS de serie más distribución electrónica del frenado EBD |
Neumáticos |
205/55 R15 |
SUSPENSIONES |
|
Delantera |
Sistema Pseudo-McPherson con brazo inferior triangulado y amortiguadro hidráulico telescópico |
Trasera |
Ruedas independientes con eje de torsión |
PESOS |
|
Tara (kgs.) |
1.664 |
MMA (kgs.) |
2.225 |
Carga útil (kgs.) |
561 |
EMISIONES |
|
CO2 gr/km (ciclo mixto) |
0 |