Por lo pronto, la variante elegida para esta prueba presenta una carrocería alargada en 35 centímetros respecto a la variante estándar -para 4,75 metros-, fruto de alargar la batalla 19 centímetros, de 2,78 metros a 2,97 metros, y 16 centímetros el voladizo trasero, desde los 726 centímetros hasta los 886 centímetros.
Resultado de todo ello, el Rifter cuenta con tres filas de asientos (2-3-2), con butacas individuales en cada una de ellas que permite acomodar hasta siete pasajeros sin el menor problema.
Pero más allá de su capacidad porteadora -de la que hablaremos más adelante-, tenemos que comenzar alabando el diseño del vehículo, que sigue las pautas marcadas para el resto de modelos de la marca del león.
A nivel externo, la sensación que ofrece el Rifter es de robustez, todo ello adornado en esta variante GT Line con ciertos detalles que le dan un toque de elegancia muy acusado, como las barras en el techo, la parte baja de la parrilla cromada, al estilo de los SUV, o las llantas de aleación de 16 pulgadas. A ello hay que añadirle en nuestra versión de pruebas el gancho para remolque que incluye.
Interior muy habitable en el Rifter
Pero es quizás en el interior donde se advierte un ejercicio de estilismo más acusado. En este sentido, cobra especial relevancia el puesto de conducción conocido como Peugeot i-Cockpit, en el que destaca el volante con dos zonas planas, que garantizan una mejor sujeción, el cual, además, se sitúa en un plano más bajo de lo habitual, lo que facilita la lectura del cuadro de relojes.
A ello hay que sumarle la pantalla táctil capacitiva de 8 pulgadas desde la que se controlan numerosos parámetros del vehículo y que se encuentra muy a mano del conductor.
También sobresale el túnel central, en el que localiza la rueda para gestionar el cambio automático -no existe palanca al uso-, el pulsador del modo ECO y el relativo a la desconexión del control de tracción. Ello se completa con un gran compartimento con tapa para dejar los objetos personales.
En la parte trasera contamos con dos filas de asientos, la primera con tres butacas individuales y la segunda con dos. Lo bueno de ambas es que todas ellas son individuales y totalmente modulables e incluso extraíbles, de manera que podemos configurar el interior según nuestra necesidad.
Así, con todas las plazas en perfecto orden de marcha, el hueco para el maletero es de 209 litros, que pueden llegar a los 400 litros gracias a la posibilidad de desplazar longitudinalmente la tercera fila -no así la segunda-. Ahora bien, si retiramos por completo los dos asientos posteriores, la capacidad llega hasta los 1.050 litros, con una superficie plana de 1,35 metros de largo, que incluso puede superar los 3 metros si abatimos convenientemente el asiento del copiloto y el del lado derecho de la segunda fila.
Destacar que las dos plazas traseras pueden dar cabida a sendos adultos, con lo que son reales, no como en otros casos en los que únicamente están habilitadas para niños o personas de poca corpulencia. Eso sí, el acceso a las mismas es un tanto dificultoso.
Y aunque no era el caso de nuestra unidad, el Peugeot Rifter Long dispone, según versiones, de soluciones tan ingeniosas como el techo Zenith, que se compone de un cofre de almacenamiento de 60 litros de capacidad y un arco flotante translúcido que permite disfrutar de 14 litros más, y un compartimento de 18 litros semejante a los armarios que hay encima de los asientos de los aviones.
Gran motor para el Rifter
Con todo, señalar que nuestro Rifter venía provisto del motor 1.5 BlueHDi de 130 CV, el cual asociaba el eficacísimo cambio automatizado EAT8 de ocho relaciones con convertidor de par.
Una vez en nuestro puesto de mandos, la posición cara a la marcha es perfecta -tirando a alta-, mientras que la sensación cuando agarras el volante achatado es la de encontrarnos ante un vehículo de superior categoría.
A partir de aquí, y una vez arrancado el propulsor, tenemos que advertir que su rumorosidad es algo más alta de lo normal en frío, una percepción que desaparece por completo a medida que ganamos agilidad.
Ni que decir tiene que la simbiosis entre mecánica y transmisión es perfecta, de manera que podemos ir subiendo de marchas rápidamente -el salto entre relación y relación es apenas imperceptible- hasta alcanzar la velocidad de crucero idónea en pocos segundos.
Dependiendo de la necesidad, podemos jugar con el cambio a nuestra conveniencia, ya que, pisando el acelerador con mayor o menor vehemencia, el motor estira las revoluciones antes del salto de marcha incluso por encima de las 3.500 rpm.
Solo por poner un ejemplo, en casos como a la hora de hacer un adelantamiento, es capaz de reducir hasta tres relaciones en cuestión de milisegundos para ganar en aceleración, con lo que este tipo de maniobras no tienen por qué preocuparnos con el Rifter. Además, mantiene la inercia incluso a plena carga y en carreteras de montaña sin el menor problema siempre que nos mantengamos por encima de las 1.700 rpm. Por cierto, esta variante, también permite cambiar de velocidad a modo secuencial mediante unas levas situadas tras el volante.
A nivel de confort, decir que el modelo francés responde perfectamente a nuestras expectativas. Con unas suspensiones perfectamente taradas y un ajuste de la dirección más que notable -la maniobrabilidad es de las mejores de su segmento-, el comportamiento de este vehículo en cualquier tipo de terreno es encomiable, y en todo momento disfrutamos de un devenir placentero y con una alta dosis de seguridad.
Destacar, por último, que la dotación del Rifter es de latos vuelos. A los elementos habituales se le puede sumar el paquete safety plus que incluía la unidad probada (ver equipamiento), pudiéndosele añadir el sistema ‘Grip Control’, que va asociado a los neumáticos M+S, por el que podemos, mediante una rueda, gestionar la motricidad dependiendo del terreno por el que circulemos (tierra, nieve, etc.). Además, el hecho de que se combine con el asisten de control de descenso, nos permitirá circular fuera del asfalto con cierta seguridad.
Ficha técnica
Motor |
Peugeot |
Tipo |
Turbodiésel inyección directa |
Cilindrada (cm3) |
1.499 |
Numero de cilindros |
4 |
Válvulas por cilindro |
4 |
Potencia máxima |
130 CV (96 kW) |
…a un rég. de giro (rpm) |
3.750 |
Par máximo |
300 Nm |
…a un rég. de giro (rpm) |
1.750 |
TRANSMISIÓN |
|
Cambio |
Automático 8 velocidades |
Accionamiento |
|
Tracción |
Delantera |
DIRECCIÓN |
|
Tipo |
Asistida de cremallera. Accionamiento eléctrico |
FRENOS |
|
Tipo |
Discos ventilados delanteros y discos traseros |
Neumáticos |
215/65 R16 |
SUSPENSIONES |
|
Delantera |
Eje con ruedas tipo McPherson con barra estabilizadora; amortiguadores telescópicos hidráulicos |
Trasera |
Eje de traviesa deformable; amortiguadores telescópicos hidráulicos |
PESOS |
|
Tara (kgs.) |
1.668 |
MMA (kgs.) |
2.340 |
Carga útil (kgs.) |
672 |
EMISIONES |
|
CO2 gr/km (ciclo mixto) |
120 |
CONSUMOS (durante la prueba) |
|
Urbano (l/100 km/h) |
6,32 a 28,29 km/h |
Interurbano (l/100 km) |
5,85 a 89,14 km/h |
Autopista (l/100 km) |
6,25 a 118,25 km/h |
Equipamiento versión probada:
ABS, acceso arranque manos libres, airbag conductor y pasajero/laterales, cierre centralizado con mando, climatizador bizona, control de tracción y estabilidad, control de velocidad de crucero, detector de obstáculos delantero y trasero con cámara de visión trasera con cámara surround rear visión, equipo de sonido con USB, faros antiniebla delanteros, navegador 3D, gancho remolque, pack visibilidad (encendido automático de luces/limpiaparabrisas y volante multifunción), retrovisores eléctricos calefactables, start & stop, volante regulable en altura y profundidad, pack safety plus (avisador de cambio involuntario de carril, lectura de señales de tráfico, frenado automático de emergencia, regulador y limitador de velocidad, lectura inteligente de límites de velocidad, conmutación automática de las luces de carretera y cruce, y vigilancia activa de cansancio con cámara).
PVP (con impuestos): 30.650 €