En comparación con 2013, murieron 16 personas más en el último año, lo que significa una ruptura de la tendencia positiva que venía produciendo en nuestro país durante la última década.
Tal es así, que desde estamentos como la Asociación Española de la Carretera se han apresurado a solicitar la puesta en marcha de un Plan Específico de Seguridad Vial en este tipo de vías, cuya extensión representa el 90% del total de la red de carreteras española (150.000 de los 165.000 kilómetros que suma el total de la red viaria interurbana) y por la que, sin embargo, transita el 40% del tráfico.
Un informe realizado por el departamento técnico de dicha asociación recoge las líneas maestras que debería contener el mismo, instando a su consideración por parte de las Administraciones competentes a fin de generar un entorno más seguro y homogéneo en unas carreteras cuya principal característica es que cuentan con un único carril por cada sentido de circulación.
De acuerdo a las estimaciones recogidas en este análisis, la implantación del plan podría salvar la vida a 235 personas cada año, prácticamente el 25% de los fallecidos en 2014. Y ello en una hipótesis de un escenario de mínimos, pues siendo optimistas la cifra se reduciría en 585 personas, un 62% del total.
Entre las acciones a acometer destacan las siguientes:
- Programa de “carreteras que perdonan” los errores de los usuarios: refuerzo de la señalización, adecuación de trazados, implantación de sistemas de alerta de peligro, eliminación de obstáculos en los márgenes, etc.
- Inspección de seguridad vial en todas las intersecciones de la red viaria convencional a fin de mejorar accesos, señalización y visibilidad.
- Construcción de “carreteras 2+1”, en las que cada sentido de la circulación alterne la existencia de una carril adicional durante un número determinado de kilómetros.
- Restricciones a la circulación de vehículos pesados en determinados tramos de carreteras convencionales con problemas de accidentalidad, siempre que exista una alternativa de alta capacidad.
- Incremento de la presencia policial en las vías convencionales de forma aleatoria con el propósito de evitar conductas recurrentes de incumplimiento de las normas.