El nuevo sistema cuenta con una “pila de combustible de bio-etanol” con un generador eléctrico SOFC que aprovecha la reacción del oxígeno con diversos combustibles, como el etanol y el gas natural, para generar electricidad de alto rendimiento.
El prototipo con pila de combustible de bio-etanol es un vehículo comercial ligero eléctrico con fuente de energía SOFC. La batería de 24 kWh utiliza 100 % etanol, lo que le otorga una autonomía de más de 600 kilómetros.
El sistema de propulsión es limpio, eficaz, de fácil alimentación y funciona al 100 % con etanol o el agua mezclada con etanol. Sus emisiones sin carbono son tan neutras como el aire ambiente, por lo que formarán parte del ciclo de carbono natural. Además, la pila de combustible de bioetanol proporciona la aceleración y la conducción silenciosa propias de un vehículo eléctrico, junto con bajos costes de mantenimiento, así como la autonomía de un vehículo a gasolina.
Los combustibles de bioetanol se producen principalmente con caña de azúcar y maíz, cosechas fáciles de conseguir en América del Norte y del Sur, cuyos países disponen de una infraestructura ampliamente desarrollada. Gracias a la disponibilidad del etanol y el reducido grado de combustión de la mezcla de etanol-agua, el sistema no depende excesivamente ni se ve restringido por la infraestructura actual de recarga y, por tanto, la introducción en el mercado resulta sencilla.