Si bien en apariencia se trata de una llave al uso, idéntica a la que hasta ahora servía para desbloquear y arrancar ambos vehículos, su interior ha sido diseñado para resistir todo tipo de impactos en el día a día. Además, dispone de un sistema que permite recargar la batería una vez la misma se coloca en la posición de encendido, de manera que nunca se queda sin carga.
Asimismo, es resistente al agua gracias a un sellado especial, en tanto que las dos mitades de la carcasa están unidas por una soldadura de fricción.
Durante su proceso de desarrollo, Ford ha sometido a dicha llave a todo tipo de pruebas de resistencia, como haber sido sumergida bajo el agua 30 minutos, introducida 50 veces en cemento o expuesta a temperaturas entre los -20º y los 60º C.