Sin embargo, en el conjunto de vehículos del panorama español (motocicletas, turismos, camiones, autobuses, etc.) los fallecidos se han incrementado un 2,6%. Así, durante 2016 se produjeron 1.038 accidentes mortales, en los que perdieron la vida 1.160 personas, por las 1.131 personas de 2015. Además, otras 5.067 personas necesitaron hospitalización como consecuencia de las heridas sufridas, un 4,3% más que en el año anterior.
Tras dar a conocer estos resultados, Gregorio Serrano ha declarado que “está claro que no son los datos que hubiésemos querido comunicar, porque son muchas las vidas y familias rotas, así que más que nunca, tenemos que trabajar todos juntos para reducir esta lacra que como sociedad moderna que somos no podemos permitirnos. Hay que revisar y adaptar, tras una primera evaluación, la estrategia de seguridad vial y crear un plan de choque que nos permita volver a la tendencia de disminución de accidentes que veníamos observando en los últimos años”.
Dos factores a destacar en el caso de los vehículos comerciales y que sin duda han tenido especial incidencia en la siniestralidad. Por un lado, la antigüedad media del parque de furgonetas sigue siendo muy alta, concretamente 11,1 años, con lo que ello implica desde el punto de vista de la seguridad vial, y ello a pesar del incremento de las matriculaciones que se viene dando de forma continuada desde hace más de tres años.
Por otra parte, la no utilización de elementos de seguridad como el cinturón de seguridad también es uno de los factores más importantes causantes de la accidentalidad. En este sentido, nada menos que un 22% de los conductores fallecidos en vehículos comerciales el pasado año no llevaban abrochado el mismo. La distracción al volante o la velocidad inadecuada también se presentan como constituyentes de accidentes de tráfico con víctimas mortales.
Con todo, el Real Automóvil Club de España (RACE) ha expresado su preocupación ante el primer incremento en 13 años del número de fallecidos en las carreteras de nuestro país. Es por ello que reitera la necesidad urgente de un gran pacto de Estado, así como la aplicación de las medidas oportunas para solucionar la accidentalidad en España.
Y es que, además de todo lo apuntado, el estado de las carreteras secundarias y el deterioro de las infraestructuras también ha sido un problema fundamental en 2016. En las carreteras convencionales se producen más del 75% de los fallecidos, por lo que el RACE ha hecho ver la necesidad de poner en marcha un plan que debería enfocarse a la renovación de la señalización vertical y mejora del firme, así como la conservación y mantenimiento de los márgenes de las vías.
Además, el Club considera imprescindible una mayor formación en seguridad vial, sobre todo para las empresas y los autónomos, ya que el 30% de los fallecidos en accidentes laborales fueron como consecuencia de un accidente de tráfico.