Como resultado de todo ello, PSA se convierte en el segundo fabricante europeo de vehículos, con una cuota de mercado del 17%, únicamente por detrás de Volkswagen.
Tras la operación, Carlos Tavares, presidente del Consejo de Administración de PSA ha declarado que están muy orgullosos de unirse a Opel/Vauxhall “y profundamente comprometidos con el desarrollo continuado de esta gran empresa y la intensificación de sus estrategia de cambió. Nuestra intención es gestionar PSA y Opel/Vauxhall aprovechando sus respectivas identidades de marca. Lo consideramos una ampliación natural de nuestra relación y estamos deseando poder llevarla un paso más allá”.
Por su parte, Mary T. Barra, directora general de GM, considera “que este nuevo capítulo sitúa a Opel y Vauxhaull en una posición todavía más fuerte a largo plazo, y estamos deseosos de participar en el futuro éxito y en el potencial de creación de valor de PSA a través de nuestros intereses económicos comunes y nuestra colaboración continua en los trabajos en curso y en nuevos e interesantes proyectos”.
Con todo, tres la formalización de esta operación, el grupo podrá realizar importantes economías de escala y desarrollar las sinergias en compras y fabricación e I+D. Se esperan unas sinergias anuales de 1.700 millones de euros para 2026, de las cuales una parte significativa está prevista para el 2020. El acuerdo estima que Opel/Vauxhall logre un margen operativo corriente del 2% en 2020, y del 6% en 2026, generando un flujo de caja operativo positivo en 2020.
Señalar asimismo, que PSA, junto con BNP Paribas, también adquirirá todas las actividades europeas de GM Financial a través de una joint venture 50%-50% de nueva creación, la cual conservará la plataforma y los equipos europeos actuales de GM Financial.
Para General Motors esta operación posibilitará reducir sus necesidades de liquidez en el marco de su asignación de capital en 2.000 millones de dólares, que se emplearán para agilizar las recompras de acciones, según las condiciones del mercado.