Para los vendedores, en lugar de restringir el uso del vehículo, es necesario articular medidas fiscales orientadas a sustituir a los modelos más antiguos y, por tanto, más contaminantes. Y es que, por ejemplo, un vehículo comercial de más de diez años emite hasta un 95% más de partículas que uno nuevo, lo que resulta especialmente preocupante en un parque globalizado donde más del 50% de los vehículos totales supera los 11 años de edad.
Por ello, Ganvam defiende incentivar la renovación del parque rodante, suprimiendo, por un lado, el Impuesto de Matriculación que grava la compra y, por otro, adecuando el Impuesto de Circulación a criterios medioambientales, en línea con las directrices europeas.
Asimismo, Juan Antonio Sánchez Torres ha llamado la atención sobre el papel activo que tienen que tener los ayuntamientos a la hora de poner en valor los vehículos de tecnologías eficientes y crear conciencia social, subrayando las ventajas para la seguridad y el medio ambiente de los modelos más modernos.
En este contexto, una de las medidas que más eficaces se han mostrado para impulsar el rejuvenecimiento del parque han sido los programas de incentivo a la compra (Planes PIVE) a cambio de la entrega de un vehículo para achatarrar.
Según Sánchez Torres, “el futuro está ya en el presente. Las motorizaciones alternativas, la conectividad, la conducción autónoma… son conceptos que nos obligan a estar bien preparados y funcionar bien coordinados para lo que se nos viene encima, que no es otra cosa que contribuir a que el sector del automóvil sea además de una gran industria todo un ejemplo de servicios y movilidad”.