En ella, se pueden ver vehículos excepcionalmente bellos de la colección con la que cuenta la compañía, además de vídeos que recogen testimonios de la época, fotografías y objetos que representan la interesante historia de la planta.
Además, tres días por semana los aprendices de Volkswagen mostrarán a los visitantes los últimos procesos de producción en estaciones interactivas, y también les darán información sobre su actividad y su vocación.
El profesor Thomas Schwark, director de los Museos de Historia del Arte de Hanover, ha señalado que “la exposición muestra la historia de esta fábrica, que empezó con el arranque de la producción del Bulli. Y también los efectos que la planta tuvo en el desarrollo de la capital del estado en la postguerra. El Bulli resulta indispensable, especialmente en nuestro museo histórico, ya que es la expresión de la importancia de la planta de la Transporter para Hanover y el estado de Baja Sajonia”.
Pero no solo es necesaria una fábrica de gran capacidad, sino una plantilla de gente muy especial: los constructores del Bulli. “Nuestros trabajadores afrontan este desafiante trabajo con orgullo y pasión; con cariño hacia este vehículo especial”, explica Eckhard Scholz, presidente del Comité Ejecutivo de Volkswagen Vehículos Comerciales.
La producción de la Transporter en Hanover se caracteriza por la tradición y la experiencia. “El ADN de la fabricación del Bulli es algo que definitivamente se ha heredado de padres a hijos. Como es el caso del bisabuelo que ayudó en la construcción de la planta y ahora su bisnieto se está formando para ser especialista en mecatrónica”, comenta Scholz.