El Plan, tal y como aseguran desde la Asociación de Empresas de Transporte de la Región Centro, ATRADICE, desatiende la mayor parte de las propuestas del sector del transporte de mercancías
Cierto es que, según indican desde la organización, corrige en cierta medida las restricciones de acceso que al área central establecía el Plan inicial para los vehículos destinados a la distribución urbana de mercancías, el calendario aprobado sigue siendo insuficiente y poco realista, pues el esfuerzo inversor que se le exige al sector es inasumible.
Con todo, la prohibición de acceso queda de la siguiente manera:
- Vehículos de hasta 3,5 toneladas de MMA: desde 2020 vehículos sin distintivo (diésel matriculados antes de 2005), desde 2022 vehículos con distintivo B (diésel matriculados desde 2005 a 2013).
- Vehículos de más de 3,5 toneladas de MMA hasta 12 toneladas de MMA: desde 2023 vehículos sin distintivo (diesel matriculados antes de 2005), desde 2025 vehículos con distintivo B (diésel matriculados desde 2005 a 2013).
Varias organizaciones del sector habían solicitado que la restricción de acceso afectara inicialmente a los vehículos sin distintivo a partir de 2025, dado que uno de cada seis vehículos tiene más de 20 años y son responsables del 50 % de las emisiones del transporte por carretera. Igualmente se pidió que hubiera una distinción entre el transporte público de mercancías y el transporte privado complementario de mercancías, pues el transporte público cuenta con una flota más moderna y reduce considerablemente los recorridos en vacío.
“Tampoco se ha tenido en cuenta la propuesta de aumento de capacidad de carga de los vehículos de 12 a 18 toneladas de MMA, que, sin variar ostensiblemente las dimensiones, permiten una mayor eficiencia de la distribución, reduciendo recorridos y emisiones”, explican desde ATRADICE.
Y es que “el Plan discrimina al sector de transportes de mercancías porque resulta más restrictivo con él que con el vehículo particular, cuando lo que pretende el Plan, por ser éste el principal foco de contaminación, es reducir la intensidad del tráfico privado de vehículos particulares (turismos principalmente), promocionando el transporte público de viajeros, pero no lo hace con el transporte público de mercancías. Además, para el transporte de viajeros se recoge expresamente una línea de ayudas de carácter municipal, que no se prevé para el sector de mercancías, el gran perjudicado de este Plan”, concluyen desde la organización madrileña.