A pesar de estos buenos números, el hecho de que la fabricación de vehículos se mueva en un entorno cada vez más global y competitivo, hace que si España quiere mantener su actual posición de liderazgo (segundo fabricante europeo y octavo mundial) debe seguir mejorando su competitividad industrial y prepararse para los retos de la nueva movilidad. Y es que, tal y como sostienen desde ANFAC, “no hay que obviar que países de nuestro entorno, y competidores directos, como Francia e Italia, incrementaron igualmente su producción”.
Por lo que respecta a la exportación, de las factorías nacionales salieron hacia otros mercados prácticamente 370.000 vehículos comerciales, lo que representa un incremento del 2,73% en el caso de los comerciales ligeros y un 11,92% en el de los furgones. Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Turquía han sido los principales destinos de los automóviles fabricados en las plantas españolas.