Hasta 100 operarios utilizan ya exoesqueletos en las instalaciones de Ford en Almussafes, Valencia, que suponen un importante refuerzo para los hombros y la espalda de quien lo utiliza, trasladando el peso hacia las caderas y reduciendo el riesgo de lesiones laborales.
Aunque se han realizado pruebas con exoesqueletos en otras fábricas de automóviles, la iniciativa en la planta de producción de la compañía de origen norteamericano, en la que, entre otros modelos, se fabrica el Transit Connect, es la primera en integrar de manera total la tecnología en su proceso de producción.
Los nueve exoesqueletos que se utilizan actualmente están fabricados con titanio y fibra de carbono y ayudan a los operarios de la línea de montaje a levantar, mover o cargar cualquier cosa que pese más de tres kilos cuando están de pie en una postura forzada. Estas “corazas” ofrecen protección y apoyo contra el cansancio y las lesiones al reducir la tensión y el esfuerzo de movimientos repetitivos que pueden pasar factura al cuerpo a lo largo del tiempo.
El programa ha tenido tanto éxito que más de 20 trabajadores comenzarán a probar los exoesqueletos a partir de abril. Para Ford, se trata de una parte de las inversiones de la compañía hacia el objetivo de ser una empresa 4.0, un término acuñado para describir una cuarta revolución industrial, que asuma tecnologías de automatización, intercambio de datos y fabricación.