En el documento se detalla que los accidentes con furgonetas en España han aumentado un 41% en estos cinco años, dejando un balance de 935 muertos y casi 4.600 heridos graves. La situación es especialmente grave en las ciudades, donde el número de lesionados se ha incrementado un 94% y el riesgo de sufrir un accidente mortal es un 35% mayor que en los turismos.
También se han estudiado más de 940.000 siniestros aportados por Línea Directa Aseguradora entre 2011 y 2017 con 23.000 furgonetas implicadas.
Al incremento de la siniestralidad, que representa un grave problema para la Seguridad Vial, han podido contribuir varios factores. En primer lugar, la propia naturaleza del tejido empresarial español, en el que hay más de 3,1 millones de autónomos. En segundo lugar, el importante aumento del número automovilistas que alquilan una furgoneta sin tener preparación, generalmente para realizar una mudanza o porte y, por último, el boom del comercio electrónico, que ha crecido de media un 17% anual durante la última década.
El accidente tipo en el que se ven implicadas las furgonetas suele ser múltiples, por alcance trasero contra turismos, y los suelen protagonizar hombres de entre 35 y 45 años con una sólida experiencia como conductor. En cuanto al tipo de vía más habitual, aún hay un ligero predominio de las autovías y autopistas sobre las ciudades, aunque la situación está cambiando a pasos agigantados en los últimos años hasta prácticamente igualarse.
Respecto a las furgonetas accidentadas, según datos de la Dirección General de Tráfico, suelen ser antiguas y en mal estado, principalmente en todo lo relacionado con los neumáticos, los frenos y la dirección; un problema que se agrava con la antigüedad media del parque de furgonetas en España, que ya alcanza los 16 años en casi la mitad de estos vehículos, un 20% más antiguas que los turismos.
En lo referente a la responsabilidad en los accidentes, los conductores de furgonetas también salen perdiendo ya que resultan culpables en 2 de cada 3 accidentes con contrario. Los motivos habría que buscarlos, quizás, en sus largas jornadas laborales y, sobre todo, en el estrés que genera la puntualidad en las entregas.
Para completar este estudio, Fundación Línea Directa ha realizado una encuesta a 1.202 conductores y 304 repartidores profesionales de toda la geografía nacional con el objetivo de analizar cuál es la percepción general de los españoles sobre este colectivo.
En este sentido, 14,5 millones de conductores (55%) cree que los repartidores incumplen las normas de seguridad vial con más frecuencia que el resto de los conductores. No en vano, el 81% de los automovilistas piensa que los repartidores “aparcan sus furgonetas en cualquier sitio” y el 72% que “se distraen mucho, especialmente con el GPS y el móvil”. No obstante, la gran mayoría comprende su situación, ya que 18 millones (68,5%) piensan que estos comportamientos se han agravado con el auge del e-commerce.
En cuanto a las soluciones, el 65% de los conductores aboga por la instalación de tacógrafos como en los camiones, además de mejorar el uso de carga y descarga (55%) o crear un carné específico para furgonetas.
Lo que también se desprende del estudio demoscópico es que los españoles no estamos preparados para conducir estos vehículos. De hecho, el 81% de los conductores ocasionales de furgonetas desconocen la forma más segura de colocar la carga, el 75% ignora los límites de velocidad de estos vehículos y el 46% nunca fija la carga en sus portes.
Fuente: Fundación Línea Directa