Así, Metin Karsak, manager del centro, ha señalado que “el nuevo edificio y el equipamiento de último modelo instalado en él, nos permitirá reproducir el test requerido con una gran precisión”.
Construido debido a la obligación de cada fabricante de registrar el consumo de sus vehículos según el estándar WLTP, el centro cuenta con bancadas como componente clave, a lo que hay que sumar estación de control desde donde se monitorizarán todas las fases y los ciclos de las pruebas.
Dentro de una estancia convenientemente preparada, son probados los gases del vehículo que además se pesarán con unas básculas especiales antivibración de una precisión de 0.001 miligramos. Asimismo, la presión de tres hectopascales en esa habitación también prevendrá de la penetración de posibles agentes externos, como polvo. La temperatura de esa estancia será de 22ºC con una humedad del 45%.