Así, del total de 24.866 kilómetros analizados, el informe muestra un alto nivel de peligrosidad en más de 3.000 kilómetros, lo que supone un 12,1% sobre el total. Este dato mejora las cifras del EuroRAP 2017, cuando el porcentaje de riesgo era del 14,44% de la RCE.
Para el cálculo de los resultados se han tenido en cuenta un total de 4.011 accidentes con fallecidos o heridos graves ocurridos en la Red de Carreteras del Estado en los años 2015, 2016 y 2017.
Al analizar cómo se distribuyen los sectores de carreteras de la RCE en función del Índice de Riesgo, se observa que un 73,86% de los tramos presentan un riesgo bajo o medio-bajo, el 14,01% presenta un riesgo medio y un 12,1% de los tramos presentan un riesgo alto o medio-alto, sumando 3.018 kilómetros de la Red de Carreteras del Estado con riesgo elevado.
En cuanto al perfil del tramo de riesgo alto es una carretera convencional, con calzada única, intersecciones al mismo nivel, con una intensidad media de vehículos diario por debajo de los 20.000, en el que los accidentes se producen principalmente por salida de la vía.
Por Comunidades Autónomas, la que presenta más tramos de riesgo elevado es Aragón, con el 35% del total; seguido de Cataluña, con el 16% y Asturias, con el 15,6%. En cuanto a kilómetros de riesgo elevado, Aragón también sería la comunidad autónoma con mayor número, con un total de 780,6 kilómetros; seguido de Castilla y León, con 747,3 y Castilla-La Mancha con 430,9.
Por provincias, los ocho primero kilómetros de la carretera N-642 en Lugo componen el tramo más peligroso de la RCE, seguidos de 12 kilómetros en la carretera N-230 en Lérida (entre el PK 133,4 y el PK 145,5) y de los más de 60 kilómetros de la N-260 en Gerona (del PK 117,3 hasta el PK 179,5).