Tal es así, que en 1972 la marca alemana mostró el su prototipo en la feria de Hanover. Tenía configuración de pick-up, dando paso más tarde a una pequeña producción de furgonetas eléctricas.
Estas fueron ofrecidas no sólo en versión pick-up sino también en variante minibús y furgón panelado con una carga útil de 800 kg (y eso teniendo en cuenta que la batería tenía un peso de nada menos que 880 kg).
Las primeras pruebas tuvieron lugar en la ciudad de Berlín, cuya administración local adquirió furgonetas eléctricas, una de ellas era un T2, producida en 1972 y matriculada el 14 de abril de 1978 para los servicios municipales de transporte de la ciudad alemana.
Bajo el lema “Propulsada por electricidad – Amigable con el medio ambiente”, los ensayos se realizaron a fondo: en el distrito de Tiergarten se estableció una estación de recarga de baterías, donde éstas podían cambiarse en cinco minutos por otras cargadas. Esto era posible ya que la batería estaba situada bajo la zona de carga y podía sacarse con facilidad tirando de ella.
Como alternativa, también era posible recargar la batería a través de una interfaz en la zona de carga del Bulli. Más de cuatro décadas después, las furgonetas eléctricas actuales también tienen un sistema de recuperación de energía a bordo, a través de la energía cinética almacenada en los frenos.
Así, la batería de entonces contaba con una capacidad de 21.6 kWh, suficiente para otorgar al vehículo una autonomía de hasta 85 kilómetros y una velocidad de 75 km/h.
Sin embargo, hoy en día las cosas han cambiado gracias a las evoluciones tecnológicas, y gracias a ellas conocemos la nueva e-Crafter, mientras que en el año 2022 veremos los nuevos ID.BUZZ e ID.BUZZ Cargo.