Y es que con impuestos y con el descuento del Plan PIMA Aire incluido, el Dokker Van con motor Euro 5 de 75 CV supera por poco los 9.000 euros, cantidad muy competitiva que a buen seguro a más de uno profesional le hará dudar entre el modelo recién aterrizado en nuestro mercado y las marcas más generalistas que compiten en este segmento de mercado en nuestro país.
ero es que por unos 500 euros más, podemos acceder a la variante con el motor de 90 CV, superior en prestaciones y con un consumo prácticamente idéntico al propulsor menos enérgico, razón todavía de más peso para tener en cuenta al Dokker.
Grandes soluciones
Así y todo, partiendo de la base de un precio muy ajustado, Dacia ofrece un producto muy equilibrado por todo lo que propone. Por lo pronto, en cuanto a su capacidad portadora, y pese a tratarse de un pequeño furgón de 4,36 metros, sus posibilidades son más que interesantes.
Una caja de carga con unas medidas de 1.856 milímetros de largo por una anchura de 1.413 milímetros -1.170 milímetros entre los pasos de rueda- y una altura de 1.271 milímetros que se traduce en un volumen útil de 3.300 litros. Pero es que el hecho de contar con mampara separadora tubular con posibilidad de plegar en “L” incrementa su capacidad de forma importante. Así, en el caso de plegar el asiento delantero la longitud aumenta hasta los 2.420 milímetros, mientras que retirando la butaca por completo –solución conocida como Dacia Easy Seat- llega hasta los 3.110 milímetros para un volumen efectivo de 3,9 m3 y los 770 kilos de peso, lo que le convierte en uno de los modelos más destacados en este apartado de su categoría.
Pasando al habitáculo, y como suele ser habitual en Dacia, se apuesta por la sencillez en el diseño, lo que no quiere decir que se deje de lado la funcionalidad del interior, pues además de diversos huecos portaobjetos por todo el salpicadero, parte superior de la cabina y laterales de las puertas, la ubicación de los distintos mandos es la ideal, siendo el ajuste de todo el frontal bastante bueno aunque el tacto de los materiales no sea el mejor posible –aquí si se nota ser un “low cost”-.
Pero es que además podemos personalizar el vehículo con un buen número de opcionales, y si ya por ejemplo el acabado Ambiance con el que contábamos ofrece buenas soluciones, como el Pack Aire-Radio que incluye aire acondicionado y equipo de sonido MP3 con toma auxiliar y USB, y bluetooth manos libres, por el que únicamente hay que desembolsar 550 €, Dacia ofrece una serie de elementos a unos precios muy competitivos para equipar al Dokker convenientemente.
Así, por ejemplo, por 100 euros más con respecto al paquete anterior, podemos sustituir el equipo principal por un navegador con pantalla táctil de 7” con las funcionalidades anteriores. También merece la pena el Pack Eléctrico (200 euros) con elevalunas y espejos eléctricos y cierre centralizado con mando, o el Pack Seguridad (400 €) con control de estabilidad y de tracción (ASR) además de limitador de velocidad. Soluciones todas ellas que suman 1.200 euros, y por las que merece la pena hacer un esfuerzo, teniendo en cuenta además que con el PIMA Aire nos estamos ahorrando 2.000 euros.
Por lo demás, pocas cosas se echan en falta, tan solo la regulación del volante en profundidad o el control de velocidad de crucero, pues otros elementos como los faros antiniebla delanteros o los sensores de aparcamiento traseros, por citar algunos de los más interesantes, se encuentran disponibles en la lista de opcionales.
Buen rendimiento
Para esta primera prueba contábamos con el motor de acceso a la serie, un diesel Euro 5 de 75 CV y 180 Nm de par que a pesar de proponer unas cifras en principio modestas, da mucho más de sí de lo que éstas indican.
Por lo pronto, no resulta especialmente perezoso a la hora de iniciar la marcha, ni en el momento de ir ganando vueltas, pues los 180 Nm aludidos se muestran a las poco más de 1.800 vueltas. Un empuje que sobre todo en circuitos urbanos permitirá al profesional moverse con soltura incluso con varios cientos de kilos encima.
Además, que nos encontremos ante un vehículo de tamaño compacto –recordemos 4,36 metros de longitud y 2,81 metros de batalla- con un buen diámetro de giro 11,1 metros y unos voladizos muy justos -822 mm el delantero y 731 mm trasero- se traduce en un comportamiento en ciudad realmente sorprendente, solventando el típico callejeo sin tener que maniobrar en exceso y con total suficiencia.
Tampoco debe caer en saco roto –más bien todo lo contrario- los consumos que tuvimos la ocasión de medir. En tráfico urbano, pasó por poco de los 5,5 litros de media, y eso que el Dokker no monta ni como opción el Start & Stop ya habituales en la mayoría de los modelos de la competencia. Otra justificación más para quien tenga en mente adquirir un furgón de sus características.
Pero es que en carreteras de alta capacidad el gasto no sube mucho más, llegando a los 6 litros escasos en autovía, mientras que en carreteras secundarias la cifra es irrisoria, en tanto que rara vez supera los 4,5 litros a los 100 kilómetros.
Luego a altas velocidades el motor no sufre en exceso, pues a 120 km/h con la quita velocidad engranada, gira a 2.450 rpm. Además, la sonoridad no es muy alta, en tanto que se ha trabajado específicamente en la aerodinámica, incluyéndose al mismo tiempo piezas específicas bajo la carrocería y en los pasos de rueda de cara a reducirla.
Finalmente, y entrando a valorar su comportamiento dinámico, la única pega que podemos advertir es la presencia de un ligero subviraje en curvas cerradas, si bien en líneas generales resulta bastante estable en su guiado, con una suspensión trasera especialmente ajustada para que los desplazamientos laterales apenas se hagan presenten incluso a plena carga.