En la cima
Así y todo, la Mercedes-Benz Vito ha sido objeto de pequeñas mejoras de carácter estético tanto a nivel externo como interno que hacen de este “ejemplar” un auténtico número uno, por calidad de acabados y soluciones que presenta, para hacer que la vida abordo sea la mejor posible, tal y como pudimos comprobar en la unidad que teníamos entre manos, una versión para el transporte de pasajeros con tres filas de asientos y una terminación especial que la convierten en una variante ideal para realizar todo tipo traslados –ya sean de pequeño o largo kilometraje- con un alto grado de comodidad.
Si bien es cierto que su denominación (Shuttle) responde a aquellos vehículos especialmente ideados para transportar a personas en trayectos tipo aeropuerto-hotel, al tratarse de una configuración larga de 5 metros de longitud, el espacio para el maletero es mayor del habitual en vehículos con tres filas de asientos, lo que le convierte en una opción muy interesante si queremos darle un uso más familiar, al estilo de los grandes monovolúmenes.
Y es que el espacio disponible en la parte trasera es de 53 centímetros de fondo por prácticamente 1,30 metros de ancho, suficiente para acomodar un buen número de maletas y poder viajar sin grandes agobios.
Pero es que en caso de ser necesario podemos plegar e incluso retirar la banqueta posterior, quedando en este caso un espacio libre de más de un metro y medio de largo, suficiente para hacer largos trayectos cargados al máximo. También, claro está, podemos hacer uso de ella desde el punto de vista enteramente profesional, teniendo en cuenta que por el piso se disponen un buen número de argollas de sujeción.
Cómoda y espaciosa
Así y todo, la puesta en escena de esta variante es inmejorable, estando mucho más cercana a lo que propone la Mercedes-Benz Viano, en tanto que por terminación y equipamiento el guiño al lujo inherente en todos los modelos de la marca es más que evidente.
Por lo pronto, los pasajeros de la segunda fila (2) y la tercera (3) disponen de climatización independiente con salidas de aireación para todos ellos. No faltan tampoco detalles como los portabotellas o los dos techos panorámicos –uno de ellos con apertura eléctrica- que se suman al disponible en la parte delantera.
De aquí hacia delante, todo son “buenas noticias”. La calidad de acabados es de altos vuelos, basada sobre todo en el pequeño lavado de cara del que ha sido objeto el habitáculo, sustentado en nuevos tapizados, volante, palanca del cambio y pulsadores de los distintos dispositivos, entre otros elementos. A todo ello hay que añadirle una dotación acorde a la categoría de la marca, que en el caso de nuestra unidad de pruebas incluía airbags frontales, ordenador de abordo, control de velocidad de crucero, navegador, manos libres integrado, climatizador o ayuda al aparcamiento con cámara de visión trasera. Tampoco faltan de serie sistemas de seguridad como el ABS, ESP, ASR, EBV o el servofreno de emergencia BAS.
Como un tiro
Para nuestra toma de contacto disponíamos de una Mercedes-Benz Vito con el motor 2.2 CDI de 163 CV de potencia con el paquete BlueEFFICIENCY. Se trata de una solución encaminada a reducir el consumo y las emisiones al máximo que entre otras cosas, integra el sistema de parada y arranque ECO, cuya respuesta se produce en pocas milésimas de segundo al pisar el embrague tras la parada del motor en una detención, los neumáticos de baja resistencia a la rodadura, el indicador del cambio de marchas o el cambio de 6 velocidades ECO Gear. Con ello se garantiza hasta 0,3 litros menos de gasto medio y 6,75 gramo de CO2 por km de ahorro.
Con todo, el propulsor en cuestión no hizo sino despertar nuestra admiración ya desde un primer momento. De hecho ya nada más pisar el pedal del acelerador, la Vito muestra una gran fuerza y contundencia gracias a sus 360 Nm de par, pero sobre todo por el momento en el que se muestran, concretamente alrededor de las 1.600 vueltas, un empuje que no desaparece para nada en un amplio espectro del cuentarrevoluciones, de manera que siempre contaremos con el brío necesario para acometer todo tipo de circunstancia sin el menor tipo de problema.
En este sentido, especialmente llamativas son las recuperaciones, sobre todo con la 4ª marcha insertada, una relación especialmente “contundente” en su respuesta. Tal es así, que la Vito únicamente necesita de 7,55 segundos para pasar de 60 a 100 km/h y 12,96 segundos para llegar a los 120 km/h. Pero incluso a marchas más largas la fuerza del motor se hace muy presente siempre que no dejemos caer la aguja del cuentavueltas en exceso.
Especialmente “deliciosa” es la 6ª marcha, que posibilita poder llevar un ritmo muy vivo sin que la mecánica se resienta en forma de un consumo desproporcionado. En este sentido, éste es bastante contenido, tal y como pudimos comprobar durante nuestra prueba:
MOTOR |
116 CDI |
Tipo |
Diesel inyección directa common rail |
Cilindrada (cm3) |
2.143 |
Nº cilindros |
4 en línea |
Válvulas por cilindro |
4 |
Diámetro x carrera (mm) |
83 x 99 |
Relación de compresión |
ND |
Potencia (CV/kW) |
163/120 |
a un rég. giro (rpm) |
3.500 |
Par máximo (Nm) |
360 |
a un rég. giro (rpm) |
1.250-2.500 |
La suavidad del cambio, el tacto de la dirección y reglaje de las suspensiones, que afectan a los muelles y amortiguadores, hacen que el paso de los kilómetros sea una auténtica delicia tanto para el conductor como para el resto de pasajeros, que contarán en todo momento con un grado de confort en todo tipo de trayectos y situaciones.
(c) fotos: Juan Caraballo
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