El “italo-alemán” de Opel
Es lo que tiene las políticas globales puestas en marcha por la gran mayoría de los fabricantes de automóviles, que aprovechan las sinergias de grupo a la hora de desarrollar un vehículo buscando el ahorro de costes. Es algo que aunque no es nuevo en un segmento como el de los comerciales ligeros, de un tiempo a esta parte se está potenciando como consecuencia de esa necesidad de optimizar la cuenta de resultados.
Los últimos en llegar fruto de esta estrategia están ahí, uno a punto de llegar como la Mercedes Citan (Renault Kangoo) y otro ya una realidad como el Opel Combo (Fiat Doblò). Luego, las diferencias entre un vehículo y aquél del que parte son mayores o menores en función de lo que cada equipo de ingenieros pretenda diferenciarse de su cosanguíneo.
Pocos cambios
En el caso de la Combo las diferencias con la Doblò son mínimas, hasta el punto de que exteriormente ambos modelos serían idénticos si no fuera por la parrilla delantera, pues cada marca ajusta la suya propia, como no podía ser de otra manera.
Pasando al interior, las diferencias son inapreciables, sencillamente porque salvo el “logo” de la marca, no existen. Así, el habitáculo es un tanto angosto, pero que sin embargo está bastante bien conformado, con todo muy a mano del conductor sobre todo los dispositivos de control, como la función de conexión/desconexión del Start & Stop o del ASR, ubicadas junto al freno de mano y de un uso muy intuitivo.
Cierto es que al tratarse de la variante de acceso a la gama, la terminación no es uno de sus puntos fuertes –los acabados más “lujosos” quedan para las configuraciones Tour de pasajeros, si bien al tratarse de una versión totalmente profesional se miran más otras cosas, como un equipamiento acorde a las necesidades actuales, y eso está garantizado aunque para ello haya que hacer un desembolso extra.
Por lo que respecta a la zona de carga, destacar que nos encontrábamos ante la arquitectura de paso corto y techo bajo, pero no con ello queremos decir que su capacidad porteadora se vea disminuida, pues tanto los “kilos” que puede echar sobre sus espaldas como las cotas que presenta son suficientes para el tipo de transporte que está concebida esta Combo.
Así, la caja de carga sugiere un espacio de 1.820 mm. de largo por 1.710 mm. de ancho –con una distancia entre los pasos de rueda de 1.230 mm.- y 1.305 mm de alto, lo que se traduce en una capacidad volumétrica de 3,4 m3. En cuanto a la carga útil, en esta variante Cargo, llega hasta los 675 kilos, pudiendo irse hasta los 1.000 kilos en función de la configuración de la suspensión trasera Bi-link. Luego, también el volumen efectivo puede incrementarse hasta los 4 y 4,2 m3, respectivamente, si nos decantamos por las arquitecturas de techo alto o batalla alargada.
En cuanto a las dimensiones de las bocas de carga, destacar que la lateral resulta un tanto estrecha –sólo 700 milímetros-, lo que se subsana con el generoso espacio que deja la doble puerta asimétrica trasera, de 1.231 milímetros de ancho, facilitándose así las labores de carga y descarga; una distancia entre el plano de carga y el suelo de únicamente 545 milímetros hace el resto.
Motor generoso
Opel pone a disposición del profesional hasta seis motores entre los que encontrar la opción que mejor se adapte a sus necesidades, cuatro diesel –dos de 90 CV de distinta cilindrada, un tercero de 105 CV y un cuarto de 135 CV-, un gasolina de 95 CV y un sexto de gas natural comprimido con una potencia declarada de 120 CV.
En este caso teníamos entre manos la variante de potencia intermedia, que entregaba 105 CV a partir de una bancada de 1,6 litros de cilindrada para un par máximo de 290 Nm a partir de las 1.500 rpm. Asociado a este motor, una caja manual de 6 relaciones que, tal y como pudimos comprobar, destacaba por lo suave de su funcionamiento.
Con todo, y una vez a los mandos, iniciamos nuestro recorrido –mixto, como en anteriores ocasiones- con una carga sobre las espaldas de la Combo de 300 kilos, lo que iba a representar una buena piedra de toque para pulsar las posibilidades del modelo “italo-alemán”.
Unas posibilidades que fueron más allá de lo que cabría esperar, sobre todo por lo que fue capaz de dar de sí un motor cuyo rendimiento fue magnífico en cualquier tipo de terreno. Para empezar, se trata de un vehículo nada perezoso en el inicio de la marcha, más bien todo lo contrario, pues a las poco más de 1.600 revoluciones ya notamos la fuerza del propulsor bajo nuestro pie derecho.
Y es que un par motor de 290 Nm que se muestran desde muy abajo dan para comenzar a movernos de forma firme y segura. Cierto es que habría que no íbamos ni a media carga de su capacidad total, pero aun así, su respuesta fue inmediata, lo que no debería variar ni un ápice a plena carga. Seguramente una décimas de “penalización” a la hora de medir parámetros como las aceleraciones puras, pero poco más.
Se mueve con soltura
Luego, a medida que vamos subiendo de relaciones, el vehículo va ganando en agilidad con gran celeridad “ayudado” por la rapidez de respuesta del cambio. Y todo ello sin que en ningún momento desaparezca la sensación de solvencia que la mecánica transmitía al empezar a trabajar.
Así, llegar a conseguir ritmos alegres no es especialmente costoso y menos mantenerse en ellos, siempre con la aguja del cuentavueltas situada dentro de una horquilla que se pude considerar como ideal para poder llevar una conducción económica. Lo prueba el hecho de que a 120 km/h, en sexta, el cuentavueltas señala por más de 2.200 rpm.
El hecho de que el motor no pierda un ápice de su fuerza entre la 1.800 y las mencionadas 2.200 vueltas, garantiza que siempre marchemos con el suficiente dinamismo para no echar en falta una mayor potencia, ni siquiera cuando circulemos por escenarios en los que la orografía se complica, tipo puertos, pues es aquí en donde la Combo “tira de riñones” sin el menor problema.
Todo ello se traduce un unos consumos ajustadísimos (ver recuadro), que incluso se ven favorecidos por la presencia del Start & Stop, sobre todo en circulación urbana en el donde las detenciones son continuas.
Sí que echamos en falta sin embargo un mejor ajuste de la dirección, sobre todo cuando se trata de callejear, pues el radio de giro no es uno de sus fuertes. Particularidad que, por el contrario, no tiene especial significación cuando transitamos por grandes avenidas o escenarios en los que no hay que maniobrar en exceso. En este caso, el comportamiento de la Combo es realmente bueno, gracias sobre todo a una suspensión trasera –la conocida Bi-link- perfectamente ajustada para mostrar una gran solvencia en cualquier tipo de terrenos, con unos pasos por curva en los que el desplazamiento lateral de la carrocería apenas es significativo.
Ficha Técnica
MOTOR 1.6 CDTI
Tipo Inyección directa Multijet common rail
Cilindrada (cm3) 1.598
Nº cilindros 4 en línea
Válvulas por cilindro 4
Diámetro x carrera (mm) 79,5 x 80,5
Relación de compresión 16,5:1
Potencia (CV/kW) 105/77
a un rég. giro (rpm) 2.750-4.000
Par máximo (Nm) 290
a un rég. giro (rpm) 1.500
TRANSMISION
Cambio Manual 6 velocidades más marcha atrás
Embrague Monodisco en seco
Accionamiento Hidráulico
Tracción Delantera
DIRECCIÓN
Tipo De cremallera
Accionamiento Eléctrico
FRENOS
Tipo Discos delanteros y tambores traseros
Asistencia a la frenada ABS de serie
Neumáticos 185/65 R15
SUSPENSIONES
Delanteras Ruedas independientes tipo McPherson independiente, amortiguadores hidráulicos telescópicos, muelles helicoidales y barra estabilizadora
Traseras Ruedas independientes tipo Bi-link, amortiguadores telescópicos y barra estabilizadora
PESOS
Tara (kilos) 1.385
Carga útil (kilos) 675
MMA (kilos) 2.060
EMISIONES
CO2 gr/km (ciclo combinado) 136
COSUMOS (durante la prueba)
Urbano (l/100km) 7,36 a 27,12 km/h
Interurbano (l/100km) 5,42 a 80,35 km/h
Autopista (l/100km) MMA (kilos) 5,97 a 109,12 km/h