A pesar de tratarse de un modelo ya veterano para el fabricante alemán (su sustituto se espera que esté listo para 2016), la Volkswagen Crafter todavía tiene mucho que decir, ya que sigue siendo un vehículo muy a tener en cuenta por todo lo que ofrece, tanto desde el punto de vista puramente profesional, con una gama que abarca configuraciones furgón, mixtas, kombis y chasis cabina de hasta 5 toneladas de MMA, como del tecnológico, pues incluye todo tipo de sistemas de ayuda a la conducción que la convierten en un producto perfecto para el día a día.

A ello hay que añadirle la presencia del paquete BlueMotion con el Start & Stop, que nos permite ahorrar prácticamente un litro de media en ciudad, lo que es mucho decir para una variante que por potencia (109 CV) y configuración (paso corto y techo bajo) está más orientada a un transporte urbano e interurbano.

En este sentido, en Volkswagen han tenido la “brillante idea” de ofrecer dicha solución de serie, cuando en un principio había que pagar por la misma algo más de 500 euros, cantidad similar a la nos ahorramos anualmente al contar con ella.

Formato compacto

Por lo que respecta a su capacidad de carga, es más que correcta si tenemos claro el radio de actuación para el que está concebida esta variante. Partiendo de una longitud de 5.240 mm., la caja de carga llega a los 2.600 mm. de largo, por 1.780 mm. de ancho (1.350 mm. entre los pasos de rueda) y una alzada de 1.650 mm. El resultado en un compartimento de 7,5 m3 de volumen efectivo y una carga útil de 924 kilos.

Además, las operaciones de carga y descarga no representan dificultad alguna, gracias a una puerta lateral de 1.040 mm. de ancho por 1.520 mm. de alto y una trasera de doble hoja de 1.565 x 1.540 mm. En cuanto al plano de carga se encuentra a 670 mm. del suelo, que si bien no es la mejor entre sus competidores, la presencia de un escalón lateral como posterior facilita mucho el trabajo del profesional.

De la cabina poco que decir que no conozcamos ya, pues salvo algún retoque del que fue objeto a nivel de tapizados y guarnecidos con motivo de la puesta en escena de los motores Euro 5 hace un par de años, el resto se mantiene invariable, con un interior que destaca por la sobriedad de sus líneas, correcta ordenación de todos los elementos de control y buena habitabilidad.

Una vez en nuestro puesto, hay que destacar la buena visibilidad que tenemos desde todos los ángulos en el puesto de conductor. Eso sí, al tratase de la versión más base de acceso a la gama, echamos en falta algunas soluciones que facilitan la vida a bordo, como por ejemplo los retrovisores eléctricos, de modo que para regularlos deberemos hacerlo en parado y hacerlo con nuestras manos, con la dificultad que ello implica. Sea como fuera podemos añadir este opcional a nuestra dotación previo pago de 254 euros.

Motor correcto

A nivel mecánico, el modelo alemán ofrece un buen rendimiento a pesar de que sus números no son muy llamativos (109 CV y 300 Nm). Pero teniendo en cuenta que se trata de la configuración compacta de únicamente 3 toneladas de masa máxima autorizada y que en la gran mayoría de los casos circularemos por unos escenarios mayoritariamente urbanos, salvo circunstancias muy puntuales no nos arrepentiremos de haber adquirido una Volkswagen Crafter más potente.

Además, el motor ya da lo mejor de sí mismo a partir de las 1.500 vueltas, con lo que a la hora de iniciar la marcha, incluso a plena carga, el vehículo se muestra bastante vivo. Eso sí, no esperemos un empuje muy acusado a la hora de ganar vueltas –se toma su tiempo-, pero sí que lo hace de una forma bastante gradual y, lo que es más importante, sin una excesiva pérdida de potencia entre salto y salto de marcha.

Por encima de las 1.900 vueltas el vehículo se muestra mucho más suelto; incluso es capaz de salvar perfiles escarpados de forma solvente, siempre que nos mantengamos por encima de este régimen.

Su comportamiento cuando salimos de la urbe y afrontamos carreteras sinuosas sorprende bastante, en tanto que hace gala de un gran aplomo a la hora de negociar las curvas, con un tren trasero que sujeta la carrocería al asfalto de manera que apenas se producen balanceos laterales. Y aunque el tren delantero tiende a subvirar, en líneas generales se trata de un vehículo noble de reacciones, que transmite una calidad de rodadura bastante alta gracias también a unas suspensiones que filtran las asperezas del asfalto casi por entero.

En ciudad, la Volkswagen Crafter no tiene ningún problema para desenvolverse sin el menor problema y callejear sin tener que maniobrar más de la cuenta, y todo ello con un consumo correcto que llega a los 9,4 litros de media, unos dos litros menos que las variantes con motor Euro 4, algo en lo que también tiene mucho que ver la presencia del Start & Stop, muy aprovechable en circuitos urbanos.  

Equipamiento

Precio (sin impuestos): 24.030 €