Desde primerísimas horas de la mañana, cuando la gran ciudad todavía duerme, Mercamadrid hierve de actividad. Cada día, alrededor de 17.000 vehículos entran y salen de sus instalaciones llenos de alimentos de todo tipo, con destino a mercados y establecimientos comerciales. La variedad de las mercancías y destinos, unidas a la diversidad de necesidades de las más de 700 empresas que ejercen su actividad en estas 176 hectáreas situadas al sureste de Madrid, convierten a esta plataforma de distribución de alimentos en un terreno ideal para poner a prueba las prestaciones de la Citroën Jumpy.
En un recinto que alberga tanto el mayor mercado de carne de Europa como el segundo “puerto de mar” del mundo, sólo por detrás del de Tokio, además de comerciar con frutas, verduras y otros alimentos, la flexibilidad y la capacidad de adaptación de la Jumpy son virtudes muy valoradas. Gracias a su nueva plataforma modular y su arquitectura optimizada ofrece más prestaciones útiles, confort y seguridad, además de permitir un gran número de posibilidades porteadoras.
Tanto en sus versiones furgón, combi o piso cabina, el comercial francés se puede configurar para cualquier necesidad o tipo de carga, en tanto que está disponible con tres longitudes (4,60, 4,95 y 5,30 metros), lo que abre la puerta a que cada profesional pueda elegir su vehículo en función de sus actividades. La altura (1,90 metros) también es una de sus grandes ventajas, ya que permite a esta furgoneta acceder sin problemas a los estacionamientos subterráneos, un espacio normalmente vedado a vehículos de su segmento y que hará más fácil muchas operaciones de carga y descarga.
En este sentido, y con el claro objetivo de incrementar su practicidad, la Jumpy dispone de puertas laterales eléctricas con apertura manos libres, permitiendo abrir y cerrar las mismas con solo pasar el pie por debajo del paragolpes.