Es parte de la investigación de la compañía del óvalo para desarrollar una interfaz de comunicación que ayude a los vehículos autónomos a integrarse sin problemas con otros usuarios de la carretera.
Para garantizar que las pruebas fueran lo más realistas y naturales posibles, la empresa creó el "Human Car Seat" que instaló dentro de una Transit Connect. Diseñado para que pareciera un vehículo autónomo, con el conductor oculto en el asiento, los observadores podían calibrar más eficazmente las respuestas a una barra de luces montada en el techo que lanzaba destellos en blanco, púrpura y turquesa para indicar cuando el vehículo estaba circulando, a punto de ponerse en marcha o de ceder el paso.
Las últimas pruebas se llevaron a cabo en colaboración con la Universidad Tecnológica de Chemnitz, en Alemania. Los investigadores ampliaron las pruebas para comprobar la eficacia de otros dos colores, además del blanco; probaron también la ubicación de las luces en el techo (en las pruebas de EE.UU. se colocaron en la parte superior del parabrisas). Por último, realizaron indicaciones desde más lejos, utilizando las luces hasta a 500 metros de distancia.
Las pruebas mostraron que el 60% de las 173 personas encuestadas después de encontrarse con la Transit Connect pensaban que se trataba de un vehículo autónomo. Junto con las reacciones observadas de otras 1.600 personas, el turquesa -más visible que el blanco y menos confundible con el rojo que el púrpura- resultó ser el color preferido. También hubo un alto nivel de aceptación y confianza en las señales, proporcionando una base a partir de la cual los investigadores pueden desarrollar y perfeccionar el lenguaje visual.
Con el objetivo de desarrollar un vehículo autónomo especialmente diseñado para su implantación en Norteamérica en 2021, Ford está trabajando para asegurar que la gente confíe en los vehículos autónomos. Para ello, resulta esencial la creación de un estándar de la industria para comunicar las maniobras de conducción.