Una de las principales conclusiones del citado estudio es la probabilidad de que Europa produzca ya en 2021 el número suficiente de baterías para abastecer su propio mercado de vehículos eléctricos (VE).
A través del estudio también se ha descubierto que con el tiempo se necesitarán menos materias primas debido a los avances tecnológicos que aumentarán en los próximos años la eficiencia de los recursos y el aumento del reciclaje.
Ideas falsas
El estudio de T&E también ha desmontado el mito que se está divulgando a través de varios medios de comunicación, según el cual los vehículos eléctricos empeorarían la calidad del aire, debido a las emisiones de partículas procedentes de fuentes distintas al escape, tales como los neumáticos o los frenos.
A este respecto, el estudio expone que los vehículos eléctricos reducen la contaminación procedente de los frenos, dado que estos utilizan su motor eléctrico para frenar, devolviendo la energía al motor (frenado regenerativo).
En lo que se refiere a la contaminación de los neumáticos, muchos informes sugieren que el cambio a los vehículos eléctricos de batería aumentará la contaminación por partículas debido a su mayor peso en comparación con los coches convencionales.
Sin embargo, aún no existe un estudio exhaustivo que mida las emisiones de partículas de los neumáticos, y a menudo se olvida que los coches eléctricos están equipados en su mayoría con neumáticos especiales diseñados para hacer frente a las necesidades específicas, incluido un mayor peso, para garantizar que estos no se desgasten demasiado rápido.
Entre las principales conclusiones del estudio, se encuentran las siguientes:
- Los vehículos eléctricos consumen mucha menos materia prima que los coches que funcionan con combustible fósil, teniéndose en cuenta el reciclaje de los materiales de las baterías y que la mayor parte del contenido metálico se recupera.
- Se calcula que en la próxima década los avances tecnológicos reducirán a la mitad la cantidad de litio necesaria para fabricar una batería de un vehículo eléctrico; la cantidad de cobalto necesaria se reducirá en más de tres cuartas partes; y la de níquel, en aproximadamente una quinta parte. En el año 2035, más de una quinta parte del litio y el níquel, así como el 65% del cobalto necesarios para fabricar una nueva batería, podrían proceder del reciclaje.