Cuando llegue esta fecha, los vehículos comerciales de nueva matriculación de menos de 2.610 kilos de tara estarán obligados a montar propulsores que cumplan con la nueva disposición. Hasta entonces podrán convivir ambas tecnología.

Por ahora, Mercedes-Benz tiene a disposición de los profesionales tanto variantes Euro 5 b+ (ecológicamente mejoradas) como Euro 6; eso sí, disfrutar de este último supone algo más de 1.500 euros “extras”.

Sea como fuera, cinco son los propulsores que incluye la Sprinter, cuatro diesel de 95, 129, 163 y 190 CV (salvo este último que unidamente está disponible con Euro 6, el resto se pueden solicitar con las dos soluciones) y un quinto de gas natural NGT de 156 CV basado en una mecánica de gasolina. Para transmitir la fuerza al asfalto (a través del eje trasero), todos ellos acoplan un cambio manual de 6 marchas.

Ante todo, limpios

Para cumplir con la norma Euro 6 el fabricante alemán ha recurrido en un sistema de postratamiento de los gases de escape, basado en la reducción catalítica selectiva e inyección de AdBlue. Una tecnología que utilizan los motores BlueTec de los camiones Atego y Actros.

Con ello las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) se reducen un 80% hasta los 0,4 gr/kWh, mientras que en el caso de los hidrocarburos queda en 0,13 gr/kWh, un 70% menos que los motores Euro 5.

La clave de todo ello está en el AdBlue, una solución acuosa formada en dos terceras partes por agua desmineralizada y en una por urea sintética. Así, el líquido se inyecta mediante una unidad de dosificación con regulación electrónica (llamada DCU), para mezclarse por turbulencia con los gases. Sustancia que por la acción del calor se convierte en amoniaco, que junto con los óxidos de nitrógeno reacciona en el catalizador SCR en una síntesis químico-catalítica que da lugar a nitrógeno y agua, dos componentes inocuos para la naturaleza.

El único mantenimiento que precisa esta tecnología pasa por vigilar que el AdBlue no se agote, para lo cual basta con rellenar el depósito localizado en el hueco motor en el lado derecho del sentido de la marcha. Bastan 18 litros para completar 6.000 kilómetros sin el menor problema. Eso sí, hay que tener especial cuidado a medida que se va agotando, si bien es suficiente con estar pendiente de la información que el propio vehículo ofrece a través del display central sobre la autonomía.

Así, en el momento que quedan 1.000 kilómetros antes de que se agote, da un primer aviso, siendo el segundo a falta de 700 kilómetros; en ese instante, el par motor máximo se reduce un 25%. Finalmente, a falta de 200 kilómetros, y si aún no hemos repostado, la velocidad queda limitada a 20 km/h.

Muy suaves

Una vez la “clase teórica” ha concluido, tan solo nos falta ponernos manos a la obra. Para ello, contábamos con dos Mercedes-Benz Sprinter idénticas en su configuración, de paso largo (4.324 mm de batalla para un longitud total de 6.961 mm) y techo alto (2.612 mm) para un volumen de 15,3 m3 y cargas útiles entre 1.050 y 1.108 kilos, respectivamente.

En cuanto a los motores, un Euro 5b+ que respondía a la denominación 316 CDI y que entregaba 163 CV de potencia y un par de 360 Nm, y un Euro 6, conocido como 319 BlueTec, para una potencia declarada de 190 CV y 440 Nm.

Sin entrar a hacer diferenciaciones, decir que ambas mecánicas se distinguen por tener un potencial enorme. Basta con iniciar la marcha para darnos cuenta de ello, con una respuesta ante nuestra demanda bastante enérgica, si bien los 80 Nm de par de diferencia entre los dos motores de estos vehículos comerciales aseguran una mayor contundencia en el proceder de la variante 319 BlueTec.

Cierto es que ni mucho menos íbamos a plena carga (unos 300 kilos), pero el hecho de que los dos propulsores se mostraran con la solvencia con la que lo hicieron ya desde bajas vueltas dice mucho en su favor, con lo que es fácil prever que con más kilos sobre sus espaldas su rendimiento no va a disminuir en demasía, salvo en lo que se refiere a las prestaciones puras (aceleraciones, recuperaciones, etc.).

En cualquier caso, las dos Sprinter se notan muy contundentes cronómetro en mano, siendo algo más rápida la equipada con el motor de 190 CV a pesar de sus 58 kilos más de tara, insignificantes ante los 27 CV y los aludidos 80 Nm de par de más, si bien no queremos decir con ello que el propulsor de 163 CV desmerezca en nada al más poderoso.

Porque en realidad los dos tienen mucho que ofrecer, y permiten mantener siempre una marcha muy viva y ágil independientemente del perfil de la vía, todo ello manteniendo el motor dentro de los regímenes de funcionamiento idóneos para que alcanzar la máxima efectividad sin que el consumo se dispare (el Star & Stop hace su trabajo cuando se requiere), salvo cuando circulamos en zonas urbanas con tráfico denso, en el que la 319 BlueTec supera los 12 litros de media, algo lógico hasta cierto punto, teniendo en cuenta el volumen del vehículo y los tres litros de capacidad de esta bancada.

Así y todo, ninguno de los motores se muestran excesivamente “gastones” y en ello también tiene mucho que ver la efectividad del cambio, con unas relaciones que permiten que la mecánica nunca dé la sensación de ir forzada. A 120 km/h con la sexta velocidad engranada, el cuentavueltas indica 2.400 rpm, quedando fuerza suficiente para si es necesario echar mano de ella.

Pero es que además a la hora de acometer escenarios en los que la carretera “pica” hacia arriba, ambas mecánicas empujan que da gusto, incluso a marchas largas, no permitiendo que el vehículo pierda inercia de forma brusca, con lo que basta mantenernos por encima de las 1.700 vueltas para no tener que hacer un uso muy continuado del cambio.

En resumen, los dos motores son realmente elásticos, muy suaves y totalmente fiables, además de mostrarse bastante silenciosos incluso a alto régimen (algo más el 319, si bien es una percepción personal, pues no contábamos con un medidor al efecto).

Por lo que respecta al comportamiento, siempre tendemos a pensar lo mismo: “se nota que es un Mercedes”. Y ciertamente la calidad de rodadura durante la conducción de la Sprinter es de lo mejor que hemos conocido en un vehículo de su característica.

La disminución de la altura del tren de rodaje en 30 mm, además de asegurar un mejor acceso al interior, se traduce en una rebaja del centro de gravedad, mejorando de este modo la aerodinámica del vehículo y la dinámica de conducción. El resultado asimismo es un paso por curva muy seguro a pesar de su tamaño. El único “pero” en este caso es que dicha rebaja de la altura de la suspensión provoca una mayor rigidez en los balanceos, pero para eso están las ayudas electrónicas.

Ayudas a las que además del ESP, ASR, EBV o control adaptativo de la carga LAC hay que incluir otras de nueva generación, como el asistente para viento lateral, el detector de cambio de carril, el control de ángulo muerto o el asistente de prevención de la colisión por alcance.   

Ficha técnica Sprinter 316 CDI

RECUPERACIONES (con 300 kilos)

PFF (sin impuestos): 31.512 €

SPRINTER 319 BLUETC

Ficha técnica

RECUPERACIONES (con 300 kilos)

PFF (sin impuestos): 35.244 €

EQUIPAMIENTO COMUN PARA LAS DOS