En estos tiempos en los que está en boga la necesidad de reducir las emisiones de gases contaminantes al medioambiente, cobra aún más sentido plantearse adquirir un vehículo de gas. De sobra son conocidos los problemas que, por ejemplo, tiene actualmente la ciudad de Madrid, en la que la contaminación existente está obligando al Ayuntamiento a tomar medidas en forma de reducción de la velocidad máxima y la prohibición de aparcar en determinadas zonas, limitaciones que amenazan con ser más contundentes, con restricciones a la circulación incluidas, si la calidad del aire no mejora.

Una Caddy a la altura

Ocurre que, si esta circunstancia se produce, serán muy pocos los vehículos que puedan entrar al centro urbano -algo de lo que seguramente no queden exentas muchas de las grandes ciudades de nuestro país-, y es precisamente ante tal circunstancia cuando cobra especial protagonismo la Caddy GNC, ya que, en caso de producirse tal circunstancia, el modelo alemán no tendrá ningún problema para acceder a las urbes.

Mecánicamente hablando, la protagonista de nuestra prueba apuesta por un motor  bifuel gas natural-gasolina. Se trata de un propulsor de 1,4 litros de cilindrada que alcanza una potencia de 110 CV y un par máximo de 200 Nm. Para el funcionamiento a gas, utiliza cuatro bombonas localizadas bajo el chasis, justo en la parte trasera, para una capacidad de 37 kilos, mientras que adicionalmente cuenta con un pequeño depósito de gasolina de 13 litros.

El hecho de que el nivel energético del metano sea mayor que el resto de combustible habituales es una gran ventaja, en tanto que se necesita una menor cantidad del mismo para dar el mismo rendimiento. Así, teniendo en cuenta que en el momento de repostar nuestro vehículo el precio del kilo de gas era de 0,88 euros, y que el consumo medio de esta unidad tan especial está cifrado, según la marca, en 4,3 kilos/100 km, el resultado es de un gasto de 3,7 euros cada 100 kilómetros, lo que supone un ahorro respecto al diésel de algo más de un 30%.

A todo ello hay que sumarle el hecho de que las emisiones son mucho menores en el caso de los vehículos que utilizan el metano, concretamente un 25% en el caso del dióxido de carbono (CO2) y de un 90% en el de las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx).

Buen rodador

La Caddy de gas natural está disponible en variantes furgón y para pasajeros. En esta ocasión contábamos con una unidad para el transporte de personas de batalla larga (Maxi) que contaba con tres filas de asientos (en conformación 2-3-2) para una longitud de 4,85 metros. Una variante ideal para, por ejemplo, los servicios de taxi o las familias numerosos que necesitan de forma puntual de dos plazas extra.

Lo bueno de esta configuración es que podemos plegar o retirar tanto la segunda como la tercera fila de asientos, de manera que el volumen máximo de carga llega a los 3.880 litros.

Por lo que respecta al motor en sí, señalar que en condiciones normales de marcha funciona a gas natural (pasando a gasolina automáticamente al terminarse éste), destacando por su suavidad de funcionamiento, que no por su explosividad en su proceder. La presencia de un turbocargador garantiza una aceleración solvente, si bien su empuje es menor que en el caso de un propulsor diésel, pues no es hasta las 2.000 rpm cuando notamos una mayor fuerza. En cualquier caso, podemos mantener velocidades altas sin el menor problema siempre que nos mantengamos en un régimen de funcionamiento medio/alto (en 6ª a 120 km/h el cuentavueltas señala 2.800 rpm) y todo con un gran confort durante nuestro devenir.      

Mencionar por último que el precio de nuestra unidad de pruebas llegaba a los 19.801 euros (sin impuestos y con la promoción de la marca), y ello sin contar con los descuentos a los que podemos acogernos con algunos de los planes que propone el Gobierno (MOVEA, PIVE, etc.), que, aunque a finales de año no están activos, se espera lo estén a principios de 2017. 

Ficha técnica

Equipamiento (elementos principales y opciones):

Serie: ABS, airbag conductor y pasajero, aire acondicionado (climatizador), asistente salida en cuesta, cierre centralizado con mando, control de velocidad de crucero con limitador, controles de tracción y estabilidad, elevalunas eléctricos, retrovisores eléctricos, start & stop y volante regulable en altura y profundidad.

Opcional: alarma volumétrica (275 €), bluetooth manos libres (185 €), faros antiniebla delanteros (170 €), navegador táctil (820 €), ordenador-volante multifunción (465 €), sensor de aparcamiento con cámara trasera (575 €), sensor lluvia y luces (195 €).

Precio PFF (sin impuestos y con promoción): 19.801 €