Así, el director de seguridad vial del RACE, Tomás Santa Cecilia, ha señalado que “la falta de mantenimiento e inversión en infraestructuras, la antigüedad y falta de revisión de los automóviles, y la necesidad de formación y concienciación a conductores, son algunas de las principales causas de este incremento”.
Desde el RACE “consideramos que los años en los que se han producido una mejoría en estas cifras corresponden a aquellos en los que la seguridad vial ha estado presente en la agenda política, yendo encaminadas las medidas que se adoptaban a esta reducción, como por ejemplo el carné por puntos”.
Con todo, y según el último informe EuroRAP recientemente publicado, en el que se estudian los tramos más peligrosos de la Red de Carreteras del Estado (RCE), el número de kilómetros de riesgo elevado aumentaron un 10% respecto al informe anterior. A estos datos hay que sumar la falta de inversión en las carreteras secundarias, de titularidad regional, vías en la que se producen la mayor cantidad de víctimas mortales.
El propio Tomás Santa Cecilia tiene claro que es imprescindible “destinar parte del presupuesto central y autonómico a la mejora y mantenimiento de las carreteras principales y secundarias, con especial énfasis en el firme y en la señalización vertical”.
Por otra parte, España cuenta con un parque automovilístico de más de 12 años de antigüedad que, sumado en muchos casos a su falta de mantenimiento, se convierte también en otro de los agentes que han podido influir en este incremento de siniestralidad.
Por ello, “reclamamos un plan integral de ayudas a la renovación del parque, donde las políticas de movilidad no sean municipales, si no que haya un patrón único que pueda incentivar la decisión de compra”, ha señalado Santa Cecilia.
En este sentido, los incentivos fiscales en los elementos de seguridad también serían un gran acicate para ayudar a los automovilistas indecisos a cambiar su vehículo. “Los elementos de seguridad pasiva no son bienes de lujo y por ello, creemos que deberían considerarse con un IVA reducido en lugar de gravarlos con el 21% actual”.
Señalar, por último, que la falta de formación y la concienciación de los conductores también han jugado un papel importante en el incremento de la siniestralidad en nuestras carreteras durante 2017. El uso del móvil durante la conducción, el alcohol y las drogas, así como el incumplimiento de las normas han influido negativamente.
Asimismo, las empresas también deben asumir un papel esencial. Según los últimos datos registrados, los accidentes de tráfico durante la jornada laboral se han incrementado un 18%, siendo éstos los que más han crecido dentro de este entorno.