Cierto es la sensación que tenemos cuando tenemos ante nosotros la Caddy es de continuismo, pues el diseño exterior no ha variado en demasía respecto al modelo anterior. Tan solo el frontal y en menor medida su parte posterior han sido remodelados, si bien le dan un toque más moderno al vehículo, en consonancia con los diseños de algunos vehículos de la marca.

Ha sido en el interior donde se advierten los cambios más significativos con un nuevo salpicadero, mucho más de turismo y con la posibilidad de personalizarlo a gusto del consumidor gracias al amplio equipamiento opcional disponible.

Varias posibilidades

En este caso, sin embargo, al tratarse de la variante básica de la gama, la sobriedad es la nota predominante, si bien la terminación es correcta, al igual que la ergonomía. Eso sí, echamos en falta una mayor regulación del asiento del conductor para encontrar la mejor posición cara a la marcha posible, que aun así es correcta.

Por lo que respecta a la zona de carga, en este caso contábamos con la variante de paso corto, (4,40 metros de longitud) que daba lugar a una “caja” de 1,78 metros de largo, con una anchura máxima de 1,45 metros (1,17 metros entre los pasos de rueda) y una altura 1,25 metros, que se traduce en un volumen interno de 3,2 m3.

Ahora bien, tal y como ocurre en estos casos la capacidad interna se puede ampliar gracias a las soluciones que propone Volkswagen para la Caddy. Por un lado, está disponible una ventanilla practicable en la parte trasera del techo (320 €), mientras que, por otro, podemos optar por el asiento Flex (400 €), que nos permite abatirlo hacia adelante y plegar la mampara separadora en “L”, de manera que ganamos en longitud extra (2,60 metros) y capacidad efectiva (3,7 m3).

En cualquier caso, podemos optar por la Caddy Maxi (4,87 metros), cuyo volumen interno se va hasta los 4,2 m3 (4,7 m3 si utilizamos el asiento Flex) y 3,07 metros de longitud máxima.

Así y todo, es posible adaptar la caja de carga de acuerdo a nuestras exigencias, e incluir todo tipo de extras, como el suelo de goma o madera, barras longitudinales de amarre o cajas de almacenamiento laterales.

Buen motor para la Caddy

Con todo, para nuestra prueba contábamos con el nuevo motor 2.0 TDI de 102 CV de potencia y 250 Nm de par que llevaba asociado un cambio manual de cinco relaciones. La particularidad de esta mecánica es que cumple con la normativa Euro 6 sobre gases contaminantes, si bien al no ser obligatoria esta disposición para los furgones hasta el próximo septiembre, todavía está disponible el Euro 5 1.6 TDI de idéntica potencia por unos 300 euros menos.

En general, se trata de un propulsor muy propenso al trabajo, ya que a las 1.300 rpm el par máximo ya se muestra “en todo su esplendor”, con lo que siempre iniciaremos la marcha de una forma segura incluso a plena carga. Un empuje, además, que se mantiene invariable hasta las 2.800 vueltas, lo que da lugar a una elasticidad que nos permite realizar todo tipo de maniobras (recuperaciones, adelantamientos, etc.) sin el menor problema.

Ahora bien, tampoco esperemos una Caddy “desatada” en su proceder, ya que no es su cometido, en tanto que se trata de una unidad configurada para la pequeña distribución y un tráfico en su mayoría urbano, y es ahí precisamente donde se desenvuelve a las mil maravillas. Así y todo, si necesitamos una potencia extra, siempre podremos decantarnos por el motor de 122 CV.

De cualquier forma, los 102 CV que entrega esta unidad son capaces de hacer moverse a la Caddy con agilidad por multitud de escenarios sin un gran esfuerzo. En vías rápidas, y en 5ª, podemos llevar una velocidad de 120 km/h con la aguja del cuentavueltas señalando 2.200 rpm, y todo ello con un consumo ajustado (menos de 6,5 litros de media). Eso sí, la rumorosidad percibida en el interior es algo alta, fruto entre otras cosas de una caja de carga desprotegida (mucha chapa a la vista), que no filtra los ruidos propios de la marcha.

Si necesitamos “tirar de riñones” al afrontar carreteras de cierto desnivel, basta con mantenernos por encima de las 1.600 vueltas para que el vehículo mantenga la inercia, mientras que en ciudad su proceder es más que correcto gracias a una maniobrabilidad digna de mención.

La dirección en este caso es bastante precisa, lo que nos permite callejear sin tener que volantear en exceso, una precisión que también se deja notar al hacer continuos cambios de trayectoria en carreteras más secundarias, en donde el modelo alemán sigue fielmente el guiado sin que la carrocería apenas se deslice sobre el firme.

Por lo demás, la nueva Caddy se beneficia de un equipamiento muy extenso, ya sea de serie u opcional, incluyéndose dispositivos como sistema multimedia con navegador y cámara de visión trasera visible en la pantalla táctil de 6,5”, front assist, controles de tracción y estabilidad, control de presión de neumáticos, sistema de regulación automática de distancia, detector de fatiga o regulación de la luz de carretera.  

Ficha técnica

ACELERACIONES (con 300 kilos)

RECUPERACIONES (con 300 kilos)

Equipamiento (elementos principales y opciones)

Precio PFF (sin impuestos y con promoción): 15.759 €

El semáforo

Despunta

• Rendimiento y del motor
• Consumo
• Comportamiento

Superable

• Rumorosidad
• Tacto del cambio
• Calidad de los plásticos