Cierto es que lo que propone Fiat poco tiene que ver con los grandes pick-up que conocemos (Nissan Navara, Volkswgen Amarok, etc.). Para empezar, el formato es mucho más compacto, en tanto que la variante Adventure se queda en unos escasos 4.457 milímetros cuando la mayoría de sus “contrincantes” pasan holgadamente de los cinco metros de longitud.
También en motores hay competencia posible, en tanto que de los 95 CV (diesel-euro5) de la Strada, pasamos a una potencia que en la mayoría de los casos pasa holgadamente de los 150 CV, estando el tope en algunos de los modelos más cercano a los 200 CV.
Es por ello que no sería justo por nuestra parte hacer una comparativa entre este pick-up italiano y el resto. Ni falta que le hace, en tanto que su posicionamiento está muy claro y poco tiene que ver con el resto. Se trata de un pequeño pick-up muy recomendable para aquellos usuarios que, por ejemplo, viven en entornos rurales y que precisan de un vehículo con una aceptable capacidad de carga y que sea capaz de salir airoso por terrenos no muy abruptos, o cuando las condiciones climatológicas no sean las mejores.
Formato atractivo
Para empezar, hay que reconocer que la Strada resulta muy atractiva a la vista. El hecho de tratarse de la versión de mayor rango, la Adventure, implica un “traje a medida” que incluye protecciones exclusivas en frontal –en color negro y con aplicaciones cromadas-, pasarruedas y parte baja del lateral, barras longitudinales en el techo, estriberas, alerón con tercera luz freno y llantas de aleación ligera, lo que se traduce en una imagen muy robusta e impactante.
Sin llegar a la calidad visual del exterior, el interior está bastante bien resuelto, con una consola central en tonos cromados que agrupa la mayoría de los dispositivos de control y que está presidida en su cúpula por brújula e inclinómetro.
En este caso, teníamos entre manos la variante de cabina extendida que incluye una segunda fila de asientos, que sin embargo no destaca por sus grandes dimensiones, con lo que el paso de los kilómetros se hacen notar en demasía en caso de ser un adulto el que viaja en ella.
Por lo que respecta a la caja posterior, el hecho de tratarse de la configuración de cabina doble se traduce en unas dimensiones compactas de 1.082 mm. de largo por 1.300 mm. de ancho. A nivel práctico, señalar que incluye ganchos para la sujeción de la mercancía y una lona a modo de capota para llevarla a “buen recaudo”. Todo ello para una carga útil de 526 kilos.
Bien capacitada
Para hacer moverse a la Strada, Fiat ha apostado por un motor diesel Euro 5 de 1,3 litros de cilindrada para una potencia declarada de 95 CV y un par de 200 Nm. Un propulsor que lleva asociada una caja de cambios de cinco relaciones que se acopla perfectamente con el mismo para sacarle todo “el jugo” en cualquier tipo de condición. Y aunque los números no sean muy llamativos, su rendimiento es excelente, con una respuesta muy presente desde bajas revoluciones que nos garantiza una puesta en escena firme incluso en terrenos off road.
Destacar en este sentido, que aunque la Strada no es un 4x4, incluye el bloqueo del diferencial delantero E-Locker (Electronic Locking Differencial) que se acciona mediante un pulsador situado a la izquierda del volente y que permite afrontar aquellas situaciones en las que las condiciones no son las mejores posibles (asfalto deslizante, terrenos ligeramente rotos, etc.), con total garantías. Contar con neumáticos de uso mixto en medidas 205/65 R15 también ayuda lo suyo.
Un vehículo en líneas generales bien presentado, con unas buenas prestaciones, un consumo muy ajustado y unas posibilidades “ruteras” más que aceptables, y todo ello a un precio más que atractivo de poco más de 14.000 euros incluyéndolos descuentos de Fiat y el Plan PIMA Aire.