Teníamos claro desde su presentación a finales del año pasado que poco o nada quedaba de la anterior fiat Doblò en esta nueva generación, salvo su denominación comercial. Pero una vez probada en mayor profundidad, los buenos presagios que tuvimos en una primera toma de contacto por tierras italianas, se han visto confirmados e incluso superados.
Y eso que no contábamos con una unidad equipada con el motor más potente de la gama –el 2.0 Multijet de 135 CV de potencia- ni con la configuración con mayor capacidad porteadora, tanto en lo que se refiere a la carga útil -1.000 kilos por 750 kilos nuestra Doblò- como en volumen efectivo -4,2 por 3,4m3-. En esta ocasión tuvimos entre manos una variante con el propulsor de 105 CV y arquitectura furgón de paso corto, especificidades que en cualquier caso se traducen en una piedra de toque más que fidedigna sobre lo que ofrece no ya sólo la versión elegida, sino también el resto de la gama.
Gran puesta en escena
Dejando para más adelante unas de las grandes innovaciones técnicas que presenta esta nueva generación de la Fiat Doblò, representada por la inédita suspensión trasera bi-link, comenzaremos por su puesta en escena, realmente muy mejorada en todos los aspectos, tanto desde el punto de vista visual como de calidad de construcción, cuyo mayor reflejo lo encontramos en un interior perfectamente ordenado, con buenos materiales utilizados en su fabricación y con una funcionalidad muy alta –los huecos para dejar toda clase de objetos son innumerables- para lo que se estila en vehículos de su tamaño.
Sorprende gratamente por otro lado la posición de cara a la conducción, teniendo en cuenta las múltiples posibilidades de regulación de volante y asiento. Luego, además, el habitáculo está conformado de manera que el conductor cuente con todo lo necesario para realizar su trabajo en las mejores condiciones posibles, siendo el equipamiento en este sentido de primer orden, pues pocos elementos se echan en falta –eso sí, por algunos de ellos hay que pagar un sobreprecio-. A destacar la posibilidad de montar el sistema Blue&Me por 400 euros, que incluye ordenador de abordo, teléfono manos libres e incluso puerto USB para la reproducción de archivos, así como de navegador extraíble. Tampoco se queda atrás en el apartado seguridad, pues además de airbags frontales y laterales, hay que sumarle los controles de tracción y estabilidad o el sensor de aparcamiento.
Carga más que suficiente
Esta practicidad que sugiere la parte delantera se puede trasladar a la caja de carga, en tanto que la Doblò, ya en su configuración de batalla corta, es capaz de ofrecer un espacio con un volumen efectivo más que interesante de 3,4 m3, resultado de combinar una longitud de 1.820 mm, por una anchura de 1.714 mm –1.230 mm entre los pasos de rueda- y una altura de 1.305 mm. En este caso, la carga útil alcanza los 750 kilos, cifra ya de por sí interesante para un vehículo de únicamente 4.390 mm de largo, pero que puede ser ampliada hasta los 1.000 kilos reforzando la suspensión trasera.
Precisamente en este punto es donde la Fiat Doblò presenta una de sus mayores novedades, pues se ha diseñado un esquema de suspensiones con un tren trasero que se puede reglar de diferentes formas atendiendo a las necesidades de uso. Así, la suspensión bi-link de ruedas independientes presenta tres tipos de arquitecturas con diferentes tarados gracias a la modularidad de componentes como los muelles, los amortiguadores o las barras estabilizadoras. Así, la versión Cargo con los 750 kilos de carga útil aludidos prescinde de una barra estabilizadora que sí utilizan las variantes de hasta una tonelada. También las unidades destinadas al traslado de pasajeros siguen este mismo esquema, si bien el tarado se ha dulcificado de cara a mejorar el confort de los pasajeros.
Pero volvamos a nuestra Doblò de pruebas. En líneas generales, su comportamiento resulta muy destacable desde el punto de vista dinámico y de confort en todo tipo de recorridos. En carreteras abiertas de alta capacidad, la calidad de rodadura es bastante alta, no notándose prácticamente las anomalías que pueda presentar el asfalto. Adentrándonos en escenarios sinuosos, no podemos sino alabar el paso por curva, pues el vehículo se sujeta perfectamente al asfalto sin que en ningún momento se produzca balanceos laterales ni desviaciones en la trayectoria. No ocurre lo mismo con el tren delantero, que en determinadas circunstancias peca de cierto subviraje, sobre todo en las curvas excesivamente cerradas, comportamiento que se corrige rápidamente merced a una dirección con un perfecto guiado.
Precisamente el buen golpe de volante del que hace gala, unido a un radio de giro de tan solo 11,2 metros entre aceras juega un papel fundamental de cara a una maniobrabilidad que hace que el control del vehículo sea muy llevadero, lo que se deja notar mayormente cuando circulam por las arterias de la ciudad, en donde se desenvuelve a la perfección.
Una buena “ayuda”
A llevar esta marcha tan “cómoda” ayuda de una manera decisiva un motor que si no destaca por presentar unas cifras espectaculares, una vez en marcha en seguida advertimos que los 105 CV que anuncia Fiat en determinadas circunstancias pueden parecernos más, sobre todo en los momentos en los que realizamos adelantamientos o tenemos que incorporarnos a una carretera de alta capacidad. Y es que es llegados a este punto donde se hacen notar sus 290 Nm ya desde muy abajo en el cuentavueltas, lo que resulta determinante desde el punto de vista de ofrecernos ese plus que repercute en la seguridad al realizar estas maniobras.
Desde las poco más de 1.500 vueltas que empezamos a percibir esa fuerza y hasta más allá de medio régimen –alrededor de las 2.800 rpm- el propulsor se nota que trabaja a gusto, predisposición que nos permitirá circular a ritmos alegres de manera desahogada. Como muestra, a 120 km/h con la sexta velocidad insertada el cuenta vueltas marca unas interesantes 2.300 vueltas. Ello también tendrá una repercusión muy positiva en lo que respecta al consumo de combustible no ya sólo en carreteras interurbanas y de gran capacidad, sino también en ciudad, en donde no iremos mucho más allá de los 7,5 litros de media consumidos cada 100 kilómetros.
Continuando con aspectos a resaltar relativos a la mecánica, decir que también resulta muy competitiva desde el punto de vista de las recuperaciones, incluso con una carga media, tal y como pudimos comprobar durante nuestra prueba cuando nos adentramos en carreteras de montaña. Un escenario en el que, siempre y cuando nos mantengamos en un margen por encima de las 1.800 revoluciones, el motor ofrece una respuesta firme y segura que nos posibilitará marchas con velocidades largas sin tener que hacer un uso excesivo del cambio, lo que igualmente irá a favor del gasto de combustible.
(c) fotos: Juan Caraballo
Precio (PVP): 18.884 €
Precio con promoción: 15.749,32 €
El semáforo
Despunta:
- Diseño y funcionalidad
- Elasticidad motor y consumos
- Esquema suspensión trasera
Superable:
- Carga y descarga puerta lateral
- Precio de tarifa
- Subviraje tren delantero
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