Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), en 2013 se produjeron en España 7.682 accidentes de furgonetas con víctimas, en los que perdieron la vida 142 personas, un 8% del total de fallecidos en el mismo año, 52 de las cuales eran ocupantes de vehículos comerciales.
Por otro lado, tal y como determina el análisis realizado por MAPFRE, el 21% de las furgonetas dieron un parte por un siniestro con un contrario, por un 13% en el caso de los turismos. El hecho de que los conductores de vehículos comerciales sufran una mayor siniestralidad está directamente relacionado con que el contexto de circulación para este colectivo es mucho más exigente, factor que viene determinado por la mayor presión en cumplir horarios, mayores distracciones durante la conducción, más número de horas al volante, etc.
Asimismo, la elevada antigüedad del parque actual de furgonetas en nuestro país (un 26% de los vehículos comerciales matriculados en España en 2012 tenían más de 20 años) es otro de los grandes factores de riesgo de la elevada siniestralidad de este tipo de vehículos.
Además, en la mayoría de los casos las furgonetas no incluyen el equipamiento de seguridad que ofrecen los turismos (las exigencias en este sentido que impone la normativa europea de homologación son menores que en un turismo), pues sólo el airbag de conductor es universal para todas las versiones.
Es por ello que desde la Fundación MAPFRE proponen que el equipamiento básico de serie que deben montar los vehículos comerciales ligeros incluya (el ABS es obligatorio desde hace unos años), al menos, doble airbag frontal, airbags laterales en las plazas delanteras, control de estabilidad ESP, regulador-limitador de velocidad y cámara de visión trasera.
Pero la propia Fundación también alerta sobre los riesgos de la “oficina móvil” y la utilización de soluciones útiles para organizar, conectar y recargar tabletas, ordenadores, teléfonos inteligentes y demás dispositivos durante la marcha, ya que la atención nunca debe desviarse de la carretera.
Precisamente la distracción del conductor es, junto con el exceso de velocidad, los dos factores de siniestralidad más altos. En este último caso, sobrepasar los límites establecidos está presente en el 38% de los accidentes. También las malas condiciones de la vía (insuficiente iluminación, cruces a nivel con escasas medidas de seguridad, falta de mantenimiento en la calzada, etc.) han sido responsable de en hasta un 28% de los siniestros producidos.
Por todo ello, la Fundación MAPFRE tiene claro que es necesario seguir concienciando a los profesionales del riesgo que implica conducir un vehículo comercial, una actividad que hay que desarrollarla con la máxima atención y siempre respetando las normas de circulación, sin excepción.