Así, el hecho de que los consumidores no noten esta disminución en consonancia a lo que lo ha hecho el crudo, tiene que ver con que en España no se produce el efecto pluma (bajada suave del precio), todo lo contrario, el gasóleo en el surtidor ha caído más que su coste al por mayor.
Y es que a la hora de hacer comparativas debe tenerse en cuenta que los precios publicados los jueves en el Boletín Petrolero corresponden a la media de los precios diarios de la semana anterior. Por lo tanto, existe un desajuste entre los precios publicados en el Boletín cada semana y los precios reales.
Desde la Asociación se explica que los vehículos no consumen crudo, por ello el precio del gasóleo en el surtidor debe compararse con su coste al por mayor, que únicamente afecta al 33% de su precio.
En este sentido, si comparamos ambos parámetros a 30 de junio del año 2014, cuando el gasóleo estaba en su máximo precio, hasta hoy, el coste al por mayor de este carburante disminuyó 23 céntimos por litro, mientras que repostar nos cuesta 24 céntimos por litro de media menos que en la citada fecha.